miércoles 27 marzo 2024

7 de junio: recuento de los daños y los éxitos (ganaron los caudillos y otras pérdidas)

por René González
Etcétera

• Perdieron los partidos ‘grandes’.

En el 2012, en conjunto, el PRI, PAN y PRD obtuvieron el 70% de los votos. En 2015 obtuvieron el 49%. Ese porcentaje del 21% se lo arrebataron Morena, Movimiento Ciudadano, Encuentro Social y los independientes.

• Perdieron los gobernadores.

De nueve elecciones para gobernador hubo cinco alternancias. Cinco que pudieron ser siete. El PRI retuvo San Luis Potosí y, sobre todo, Colima por los pelos.

En Jalisco se desplomó el voto duro, el PRI perdió toda la zona metropolitana con excepción de Tonalá. En Guadalajara, Ricardo Villanueva perdió más de 100 mil votos en relación al 2012. Aunque Enrique Alfaro perdió 60 mil, ya tenía ventaja desde hacía 3 años en la segunda ciudad del país.

La felpa que le dio el Bronco al PRI neolonés, también fue una derrota personal del gobernador Rodrigo Medina.

La más extraña pérdida fue la del gobernador priista de Querétaro, José Calzada. A pesar de su extraordinaria gestión que tiene a ese estado con porcentajes de crecimiento cercanos a los de China, perdió la gubernatura y la mayoría de las diputaciones. Una mala selección de candidato y una mediocre campaña no explican en su totalidad la debacle.

• Perdieron las encuestadoras.

Están perdidas o algo nuevo está pasando y que tiene mucho que ver con su desprestigio. ¿Los encuestados no confían en ellas y no contestan la verdad?

• Perdieron los analistas.

Ninguno previó lo que sucedió. ¿Pero quién los puede culpar? Nadie pudo prever que lo que parecía una bomba con la mecha encendida, terminara por transcurrir casi ejemplarmente en el día de la votación.

• Perdieron los anulistas.

Todo lo respetable y argumentada que pudiera ser la postura de algunos -aparte los que nomás siguieron la moda- los resultados no correspondieron con la intensa campaña que incendió las redes al final del periodo electoral.

• Perdieron los terroristas.

Los vándalos activistas de la CNTE oaxaqueña y la CETEG de Guerrero cerraron con todo al final del periodo electoral, ocuparon e incendiaron sedes del INE, quemaron equipo y papelería electoral, invadieron plantas de PEMEX y cerraron gasolineras, bloquearon carreteras y autopistas, y todo indicaba que, ante la medrosa complacencia de la autoridad, cancelarían las elecciones en sus áreas de influencia. Incluso, se suspendió la evaluación magisterial. Pero estirando la liga hasta el final y con melodramático golpe de autoridad, en menos de 24 horas el ejército recuperó Oaxaca, Guerrero y Chiapas y las elecciones se realizaron. En Oaxaca y Guerrero, por cierto, ganó el PRI, y en Chiapas su aliado, el Verde, se llevó carro completo.

• Perdió la izquierda.

La autodenominada izquierda se pulverizó, y aunque en conjunto obtuvo el 29% de los votos, separada no pasó del 11% de su principal partido, el PRD. La división de la izquierda es un fenómeno que no por esperado no es digno de lamentarse. ¿Tantos años de gritar sobre la izquierda unida..?

• Perdió la derecha.

El PAN se desfondó y apenas alcanzó el 21% de la votación nacional. Sus interminables riñas internas y el fiasco que han resultado como gobierno le está pasando una costosa factura. El PAN es un partido pequeño, muy pequeño, es el que posee menos militantes de todos, pero ha gozado de un éxito y una influencia muy grande. Considerado un partido tradicionalista fue el primero que hizo campañas con mercadotecnia moderna. Su éxito depende mucho de la imagen que proyecta, y la actual que tiene de los rijosos y divididos mochos de los moches le va a costar trabajo revertirla.

• Ganó la democracia.

Con todos los inmensos problemas que tiene México, con todo y el desprestigio de la totalidad de los partidos, con todo y la escandalosa rabia de activistas de todo el espectro político que han incendiado las calles, las redes y las secciones de comentarios de los periódicos en línea, a pesar de las trampas de los partidos, con todo y todo, se dio una muestra más de que la mitad de la ciudadanía cree y ejerce la democracia.

• Ganó la abstención.

No es novedad, siempre gana. Si el abstencionismo fuera un partido sería el mayoritario con alrededor del 50% de los votos.

• Ganaron los independientes.

Por primera vez hubo una opción operativa para dar cauce a las candidaturas independientes y se presentaron 125 candidatos sin el soporte de un partido. El ganador más conspicuo fue el Bronco, pero también ganaron otros menos famosos: Pedro Kumamoto una diputación local en Jalisco, Manuel Clouthier una diputación federal en Sinaloa. Independientes serán los alcaldes de Morelia, de Comonfort en Guanajuato y de García en Nuevo León. Cuatro más quedaron en segundo lugar en las alcaldías de Pachuca, Mazatlán, Culiacán y El Fuerte.
Parece poco, pero los ‘independientes’ llegaron para quedarse y no es de descartarse que un o una independiente dé la pelea para la grande en el 2018.

Pero que el entusiasmo no ciegue a la prudencia. Los independientes son una esperanza y una crítica a los vetustos y petrificados partidos, pero por sí mismos no son garantía de nada. Hay que recordar que independientes fueron Fernando Collor de Mello, Alberto Fujimori y Hugo Chávez… independiente fue el mismísimo Hitler.

• Ganaron los caudillos.

Ganó el Bronco en Nuevo León, que sigue fielmente el script de súper héroe a caballo del Libro Vaquero que le ha diseñado su asesor político, el famoso Memo Rentería. Si no la riega en el ejercicio del poder -si no resulta otro fiasco con botas como Fox- estará en la nómina de los candidatos presidenciales en el 2018.

Ganó Enrique Alfaro en Guadalajara. De entrada ya es candidato puntero a la gubernatura de Jalisco en el 2018, pero, con el impredecible y acelerado ritmo político que está adquiriendo México, todo puede suceder dentro de 3 años. También dependerá de su gestión de gobierno municipal. No es lo mismo gobernar una metrópoli que hacer excelente propaganda electoral.

Pero, sobre todo, ganó el Peje… Con el triunfo de Morena en el DF, López Obrador catapulta a las alturas su continua e interminable campaña para la presidencia, que con estos resultados y con el millonario ingreso que va a poder manejar a su arbitrio, sólo lo podrá detener su mermada salud. Ni siquiera se tendrá que desgastar con el ejercicio del poder como los anteriores. Pura campaña… va por el récord Guinness de la más larga.

• Ganaron los tramposos.

Las trapacerías al o sobre el límite de lo legal abundaron: Campañas anticipadas como las del Verde o las de los perredistas chapulines del DF. Movilización e inducción al voto en todo el país y por todo el espectro partidista. Dinero negro en las campañas que sobrepasaron los límites de los gastos. Anuncios en redes sociales y tweets de celebridades en favor de muchos candidatos de todos los partidos en plena veda electoral. Y con la sofisticada ‘ingeniería’ electoral en todo su apogeo burlando si no la letra sí el espíritu de las leyes sobre la materia, muchos candidatos triunfadores obtuvieron una indebida ventaja.

Mención especial tiene la adelantada campaña para la presidencia que hizo el Peje usando los spots correspondientes a los candidatos de su partido.

• Ganó el presidente.

La imagen del presidente pocas veces ha alcanzado niveles tan bajos. La masacre de Iguala, la insurgencia impune de la CNTE y la CETEG, la violencia del narco, el fiasco de la seguridad y la justicia, los escándalos de las casas, el magro crecimiento económico y un largo etcétera, auguraban una estrepitosa derrota del partido en el gobierno. Y aunque bajaron sus votos por millones, la atomización de la oposición le permitió al PRI, por sí sólo y sin el Verde, ganar en 20 de 32 estados. Sólo 4 estados más los ganó en coalición, para conseguir 24 de 32. En 16 estados rebasó su promedio nacional y en 4 rebasó los 40 puntos.

Y así Peña Nieto, con el PRI y sus aliados, contará con mayoría absoluta en la cámara de diputados. Algo que no le sucedía a ningún presidente de México desde Carlos Salinas de Gortari en la plenitud de su pinche poder.

Otra, con excepción de Michoacán, el PRI ganó en las entidades más conflictivas del país: Oaxaca, Guerrero, Tamaulipas, Chihuahua, Coahuila, Sinaloa, Durango. Por cierto, el año que entra habrá elecciones para gobernador en 12 estados. EL PRI ganó sin ayuda del Verde en 11 de ellos.

¿Las redes cibernéticas ganaron o perdieron? El balance es difícil de evaluar. Muchos candidatos ganadores aprovecharon las ventajas de la tecnología y se impusieron a los sistemas tradicionales y anticuados de hacer campañas políticas. Pero también abundaron en las redes la violencia, los insultos, las descalificaciones, las mentiras y las exageraciones… la invasión de los imbéciles en la internet -como dice Umberto Eco- también es una realidad con la que habrá que convivir.

Analista.

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