jueves 28 marzo 2024

25 instantáneas y un gran retrato

por María Marván Laborde
El México del partido hegemónico llegó tarde, muy tarde, a la cultura de los estudios de opinión pública. El dominio de un solo partido en la vida política por más de 70 años y la ansiedad por generar una única identidad tricolor y, paradójicamente, monocromática, nos hizo despreciar la utilidad de las encuestas. No estaban prohibidas, simplemente se consideraban irrelevantes. Si se hacían, sus resultados rara vez se publicaban.


El contraste con Estados Unidos no puede ser mayor; allá las encuestas son una herramienta de conocimiento político-social desde los albores del siglo XX. Hay instituciones que ponen a disposición del público, normalmente a la venta, encuestas con sus bases de datos para que los investigadores del presente puedan entender elementos constantes y puntos de quiebre con respecto a infinidad de temas.


A finales de 2014 el Instituto de Investigaciones Jurídicas, a través del área de Investigación Aplicada que coordina la doctora Julia Flores, se dio a la tarea de levantar 25 estudios de opinión independientes, pero simultáneos. Participamos en ello 93 investigadores y 48 asistentes de investigación.


¿Qué pensamos los mexicanos sobre la pobreza, la educación, la salud, el empleo? ¿Cómo entendemos a la familia, a los jóvenes, a los viejos, o a los indígenas? ¿Cómo vemos a los migrantes, qué opinamos de los que se van y cómo recibimos a los que llegan? ¿Cuáles son nuestras actitudes frente a las religiones? ¿Cómo percibimos la justicia, la seguridad pública o la corrupción? ¿Cómo evaluamos nuestra calidad de vida en temas fundamentales como la vivienda, la movilidad y el transporte o el medio ambiente?


Oír y entender lo que los mexicanos pensamos de nosotros mismos en todos estos temas, y algunos más, nos deja con un sabor más bien pesimista, se revela un gran descontento con la situación que estábamos viviendo en noviembre de 2014. ¿Será muy diferente un año más tarde?


Vale la pena revisar una por una estas encuestas, estos libros, pero el conjunto nos arroja una perspectiva única. Sólo a guisa de ejemplo me gustaría detenerme en la encuesta sobre movilidad y transporte: 80% de la población se mueve en transporte público, mayoritariamente pensamos que el transporte público es de ínfima calidad. Hay mayor satisfacción en quienes se mueven en burro o caballo que en quienes utilizan autobuses, metro, micro o macrobuses.


Movernos es tan demandante que sólo tenemos tiempo, ganas y dinero para hacer un viaje al día, vamos de la casa al trabajo y de regreso. Después de invertir quizá cinco o seis horas y gastar hasta medio jornal en llegar al trabajo, no hay posibilidad de entretenimiento, estamos extenuados para continuar estudiando o hacer deporte.


Es fácil ver cómo los datos arrojados por la encuesta de movilidad y transporte se complementan a través de otras encuestas, los problemas que aquí se revelan se confirman a través de algunas preguntas de la encuesta de vivienda o la de educación.


En todas las encuestas en las que se pregunta: ¿cuál cree usted que es el principal problema del país? La corrupción está entre los tres primeros lugares, lo mismo si hablamos de justicia, de seguridad pública o de derechos humanos, nuestra perspectiva es pesimista, el acceso a la justicia lo vemos lejano y corrupto, la inseguridad priva sobre la tranquilidad.


Los derechos humanos todavía se reducen a un discurso políticamente correcto que no ha permeado en nosotros. Los grupos vulnerables permanecen abandonados por los gobiernos y proscritos por la sociedad, si bien somos muchos Méxicos, hay gran rechazo hacia aquellos a los que consideramos “diferentes”.


Tomadores de decisiones y educadores deberían darse el tiempo de revisar seriamente cómo los mexicanos nos vemos a nosotros mismos. El conjunto de percepciones organizadas y sistematizadas en este gran retrato puede darnos pistas importantes de lo que nos duele a los mexicanos, de lo que esperamos de nosotros mismos, acerca de cómo percibimos a la sociedad y qué concepto tenemos de los políticos, se revelan nuestras expectativas económicas y nuestro desencanto con la ley. La obra completa se puede consultar en www.losmexicanos.unam.mx



Este artículo fue publicado en Excélsior el 12 de Noviembre de 2015, agradecemos a María Marván Laborde su autorización para publicarlo en nuestra página

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