La caída del empleo propiciada por la pandemia ha hecho que se duplique el número de trabajadoras sexuales independientes en la Ciudad de México, las cuales trabajan aún con el riesgo de contagio y en un contexto de marginación y estigmatización continua, informó la Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer “Elisa Martínez”, asociación de defensa de los derechos de las trabajadoras sexuales.
En comunicado de prensa, la agrupación dijo que según sus datos, antes de la pandemia había en la capital mexicana alrededor de 7 mil 700 trabajadoras sexuales independientes y ahora, a casi un año de iniciada la crisis sanitaria en el país, se estima que existen 15 mil 200.
El documento, firmado por Arlen Palestina Pandal, representante legal de la asociación, dice que las trabajadoras sexuales se encuentran ejerciendo su oficio en condiciones riesgosas, ya que no hay hoteles abiertos, no cuentan con apoyos gubernamentales y sufren además de la violencia, olvido y estigmatización que desde siempre ha acompañado al trabajo sexual.
A ello se agrega que la pandemia obliga a trabajar “aún más en la clandestinidad”.
Por ello, es más urgente que nunca avanzar hacia el reconocimiento del trabajo sexual, para que las sexoservidoras dejen de ser víctimas de chantaje y explotación laboral. A la situación permanente de rezago de este colectivo se suma que ningún gobierno elaboró una política dirigida a las trabajadoras sexuales en el contexto de la pandemia.
“Lo que nosotros urgimos es respeto al trabajo sexual y el reconocimiento al amparo ganado 112/2013, que permita en vía pública que las compañeras ejerzan su oficio con respeto y corresponsabilidad”.
Refiere que 40% de las trabajadoras que se han sumado al trabajo sexual durante la pandemia son personas que perdieron sus empleos y que nunca habían ejercido el oficio, otro 40% son mujeres que lo habían dejado y regresaron a ejercerlo, para poder tener un ingreso. Del 20% restante no se conoce con claridad su situación.
Señala que es indispensable que se considere a este sector, debido a que 78% de las trabajadoras sexuales son jefas de hogar y madres de familia y una gran mayoría no tiene pareja. Es por eso que es “fundamental” que existan mecanismos para brindarles apoyo.
Relata que existe una iniciativa particular emprendida por la organización Amigos Remendando Oficios que desde que inició la pandemia empezó a repartir despensas, condones y cubrebocas entre las trabajadoras sexuales.
