La respuesta que ha dado el gobierno mexicano a la contingencia por Covid-19 ha sido débil en términos sanitarios y económicos, lo que lo sitúa entre los peores del mundo, según un estudio de la publicación Foreign Policy.
En el documento Índice de Respuesta Global a la Covid-19, en el que fueron analizadas las políticas gubernamentales en 36 países “clave” en la atención a esa enfermedad, en una clasificación de un máximo de 100 puntos, México obtuvo sólo 4.5, lugar 34, apenas arriba de Irán y de China.
Eso se debe a “su débil respuesta financiera y política de salud pública, incluido su muy limitada realización de pruebas”.
En el análisis presentado por la revista, para enfrentar la pandemia México contaba con un bajo número de camas hospitalarias y pobre acceso a servicios de salud pública de calidad, pero la respuesta ante la emergencia no ayudó a disminuir sus debilidades. Asimismo, resalta el alto número de pruebas que dan positivo, ya que los tests se aplican a personas ya enfermas y se dejan de atender muchos otros casos positivos no se encuentren y se atiendan.
En términos económicos, el estudio también destaca la debilidad de la respuesta gubernamental, ya que no se movilizaron fondos públicos, no se quiso elevar la deuda pública y que, con su política de austeridad, se haya preferido reducir los ingresos de los funcionarios.
Además, también se destacan los conflictos entre autoridades federales y estatales, lo que ha conducido a que no haya medidas homogéneas para combatir la Covid-19.
Casi el único punto favorable del gobierno mexicano es su política de comunicación, basada en datos y hechos científicos.
Hasta ahora, las autoridades mexicanas han reportado 485 mil 836 contagiados de Covid-19, y 53 mil 3 fallecidos por esa enfermedad. La Johns Hopkins University sitúa a México en sexto lugar mundial de infectados y tercer lugar de muertos por Covid-19. En fallecimientos por millón de habitantes aún se encuentra en el sitio 11.
El documento de Foreign Policy indica que “el Índice es el primer esfuerzo para rastrear las respuestas de los líderes nacionales en áreas críticas de políticas, incluidas las directivas de salud pública, las respuestas financieras y las comunicaciones públicas basadas en hechos, y lo está haciendo de forma continua”.
Según explica la publicación, en el índice se revisan opciones de políticas y acciones en tres categorías con una puntuación compuesta, y añade: “El puntaje compuesto refleja las acciones tomadas no solo para contener el virus, sino también para brindar apoyo financiero en medio de la crisis mundial, e información continua basada en hechos para el público”.
En la elaboración del documento participaron científicos sociales, expertos en salud pública y epidemiólogos de diversas instituciones y universidades, como las de Oxford, Michigan, Maryland, Massachusetts.
