jueves 25 abril 2024

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por etcétera

En un hecho inédito, el listado de posibles consejeros del INE que serán votados hoy en la Cámara de Diputados no surgió de un cuarto cerrado, sino de un proceso público y transparente, resultado de un trabajo serio.

El comité técnico evaluó a 390 candidatos a partir de criterios objetivos previamente definidos y acordados por todos sus integrantes, junto a las reglas del proceso.

No hay rastro de que se haya intentado interferir en el trabajo de este colegiado, ya fuese por parte de diputados o de dirigencias partidistas.

Se trataba de tomar decisiones preferentemente por consenso, aunque en caso de no alcanzarse, se utilizaría la regla democrática de la mayoría. Tal con consenso funcionó sorprendentemente bien. De 20 finalistas hubo acuerdo en 17.

Al no ser electa una de sus preferidas, Diana Talavera, uno de los integrantes –John Ackerman– se levantó de la mesa, salió públicamente a denostar un proceso en el que él mismo trabajó y donde se incorporaron muchas de sus propuestas, para de paso ponerle palos en la rueda al trabajo de Mario Delgado, quien operó la integración de buena parte del Comité.

Llama la atención no solamente el carácter falaz de los argumentos a través de los cuales Ackerman intenta manchar un proceso que alguien de su propio partido manejó exitosamente. Pero sorprende más su doble estándar, al acusar de conflicto de interés a ciertos miembros del comité sin mencionar nada del propio

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