jueves 28 marzo 2024

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por etcétera

Dice el secretario de propaganda coronavíruca de la Presidencia de la República: “Me llama la atención que hoy (8 de mayo), fecha en que anunciamos la llegada del pico de la cumbre de la epidemia en la CDMX, aparecieran de manera sincrónica estas cuatro notas, seguidas por una amplia difusión en redes sociales por individuos ligados a administraciones anteriores, a la industria farmacéutica y unos cuantos con aspiraciones políticas”. Así se defendió quien cobra como subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, ante cuestionamientos en la prensa extranjera sobre sus mediciones, equivocadas documentan, que ocultan cifras reales. ¿Está mintiendo a la nación y embaucando al presidente Andrés Manuel López Obrador? Eso sugieren, pero debe estar tranquilo.

La conspiración, como sugiere, ha marcado la biografía política de López Obrador, por lo que está tocando la música que quiere oír su patrón. López-Gatell tocó las informaciones publicadas el viernes en The New York Times, The Wall Street Journal, El País y una aparentemente imaginaria noticia en The Washington Post.

De acuerdo con su lógica, la familia Sulzberger, Rupert Murdoch, Jeff Bezos y una amplia gama de empresas, inversionistas e individuos como la Caixa Bank (donde Carlos Slim es accionista), Santander (que preside Ana Botín), Telefónica (enemiga de Telcel), y la familia Polanco, entre otros, se pusieron de acuerdo para criticarlo.

Su ego parece ser tan grande como la sandez de su afirmación. Su declaración propone que todos conspiraron hace varias semanas –porque cada medio comenzó sus investigaciones en diferente momento–, para predecir que como en algún momento iba a corregir sus dichos y modificar la fecha del pico de la epidemia al 8 de mayo, ese mismo día, coordinando también usos horarios entre dos continentes, salieran sincronizadamente a atacarlo, meter insidia de que el gobierno de la Ciudad de México discrepa con sus cálculos, y de paso exhibir al gobierno del presidente López Obrador como mentiroso e incompetente.

En Palacio Nacional, donde pasa varias horas de su día, no lo iban a permitir. Lo alentaron a hablar. Utilizó la palabra “sincronía”, que es la misma que han utilizado las plumas al servicio del vocero presidencial, cuando en la prensa mexicana coinciden algunos columnistas en un tema. La línea es idéntica: ataquen al mensajero con descalificaciones. Aplástenlos en las redes sociales y bórrenlos del universo digital. En todos los casos, incluido el de la defensa panfletaria de López-Gatell, no desmienten el fondo.

Atacan la forma, tratando de desviar en lo cosmético, lo sustantivo. Lo que publicaron el Times, el Journal El País, no fue desmentido por el zar del coronavirus, que en la estrategia histórica de la casa, se fugó hacia delante sugiriendo la conspiración (ahora mundial) contra el gobierno que, como dijo el Presidente hace semanas, va a ser modelo de cómo se hacen las cosas en salud y en economía.

Más información: https://bit.ly/3cnLrQF

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