jueves 28 marzo 2024

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por etcétera

El estruendo que desataron en la ciudad de México las marchas feministas de la semana pasada ahogaron mediáticamente su caso. Nancy Flores bajó el sábado 10 de agosto, a las tres de la tarde, desde una colonia marginada de la delegación Magdalena Contreras. Era cumpleaños de uno de sus hijos, pero ella debía acudir a una terapia en la avenida Obrero Mundial. No se sabe si llegó a la cita.

Sus familiares desconocen el nombre del médico que la trataba, así como la ubicación exacta del consultorio.

Nancy se había vuelto aprehensiva. Se reportaba constantemente con sus hijos, de 17 y 24 años, para saber qué estaban haciendo y cómo se encontraban. La colonia en la que habitó hasta el sábado aquel, El Tanque, está en un rumbo marcado por el abandono, el olvido, la inseguridad.

Los vecinos suelen quedarse sin luz, sin agua, sin servicios. Los encargados del camión de la basura quieren cobrar para llevarse los desperdicios. “Y es que nadie quiere subir hasta allí, porque es una de esas colonias en las que seguro te asaltan”, dice una compañera de trabajo de ella.

A Nancy le preocupaba el entorno de violencia que azota el barrio. Los robos, los asaltos, el narcomenudeo. Pero había algo más. El año pasado, su esposo fue asesinado en calles de la colonia. Un par de sujetos que se desplazaban en moto lo balearon a las puertas de su casa. De los autores del crimen, las autoridades de la ciudad no volvieron a saber más.

Era por eso que ella se reportaba siempre, y fue por eso que sus hijos supieron que algo estaba mal aquella tarde. La comunicación se perdió por completo.

Más información: http://bit.ly/2ZbezHz

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