miércoles 17 abril 2024

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por etcétera

Tiene razón el presidente Andrés Manuel López Obrador. Hay mucha información falsa circulando en las redes sociales y en mensajes de WhatsApp. Tanta, que su gobierno le pidió a Twitter, Facebook y YouTube den a conocer los contratos para realizar una automatización maliciosa a través de algoritmos, con granjas de bots que están generando la desinformación y atacando a su gobierno. Este virus, que llamó “infodemia”, afecta la convivencia social. Por supuesto, pero no es inocente. La diferencia es que antes era el victimario y hoy es la víctima.

Twitter le respondió en una serie de mensajes que nadie paga por esos servicios, porque no están a la venta, y que si quiere ver los ingresos que tiene, puede revisar su reporte financiero trimestral. López Obrador, arguyó que como no habla inglés, no supo que le contestó Twitter, para evadir el tema e insistir que hay un proceso de desinformación. Cierto, y este fenómeno ha sido una constante por años en las redes sociales. Twitter y Facebook tienen de todo, y él las usó con las mismas herramientas de las que hoy se queja.

Pero ya no le gustó lo que se vomita en Twitter contra él, porque sus propios estrategas y controladores de granjas de robots están perdiendo la guerra digital y no han podido evitarlo. El portal de tecnología y sociedad LoQueSigue.tv, difundió este martes los trending topics durante la crisis sanitaria –desde el 18 de marzo-, donde de un total de 265 analizados, 54.7 por ciento de ellos con bots, automatización y otros métodos no orgánicos, el número de hashtags contra López Obrador sumaba hasta ayer 52, contra 29 de los hashtags a favor del Presidente.

Ahora que son apaleados, gritan que hay una conspiración contra López Obrador y su gobierno. Su vocero, Jesús Ramírez Cuevas, es la pieza central identificada como el jefe de la maquinaria de propaganda en contra de todo aquello que carezca de incondicionalidad total a López Obrador, y durante años, no semanas o meses, apoyados con expertos en inteligencia artificial –porque ellos no entienden de eso–, dedicaron a envenenar a la opinión pública y polarizar.

Pasadas la elecciones, lanzaron una campaña de desprestigio interminable contra una treintena de periodistas y comunicadores, mientras que una vez en el poder, construyeron un paredón matutino en Palacio Nacional que ha servido para difamar a individuos y medios. Ramírez Cuevas incorporó a esa puesta en escena de la propaganda a un grupo de paleros a los cuales les indican qué preguntar. Los sentaron en las dos primeras filas, a donde López Obrador ha dado 88 por ciento de las veces la palabra. Con sus respuestas, la maquinaria de propaganda del régimen las disemina, salpicadas con mentiras, injurias y difamaciones.

Su maquinaria de propaganda opera con una legión de cuentas integradas en Twitter llamada #RedAMlove. Una investigación que publicó en marzo del año pasado Signa Lab, el laboratorio multidisciplinario del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente, en Guadalajara, demostró que a los 100 días de haber llegado a la Presidencia, los seguidores de López Obrador lanzaron ataques y campañas de ridiculización a periodistas, medios de comunicación y usuarios con una postura crítica hacia él, convocando a quienes quisieran unirse para defender y atacar a quienes disienten del Presidente, a través de una “sofisticada operación” de replicación automatizada de contenido.

Más información: https://bit.ly/2Lb9Ddj

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