viernes 19 abril 2024

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por etcétera

Gil caminaba sobre la duela de cedro blanco con una gran noticia en el bolsillo. Se ha publicado un libro en la editorial Tusquets. No adivinan. Se los dice Gamés: Instrucciones para sobrevivir en el México de la 4T. Autores: Trino, el monero, y Gilga, el gacetillero. Cómo lo leen. Todo ocurrió como el relámpago. El inhumano editor Gabriel Sandoval invitó a comer a Trino y a Gil a un restorán de postín. Con sus malas artes les invitó viandas y viandos, tragos y tragas. Al final, dijo Sandoval: en un mes, un libro, un recuento de Gamés del primer año de Liópez Obrador, así dijo. Cariacontecido, Trino abandonó el restorán mientras Gamés ordenaba otros Glenfiddich 15 y meditaba: esto está del carambas.

Y manos a la obra. Había pasado un año del gobierno de presidente Liópez Obrador. Y aquí seguimos. Gamés ofrece dos y media tabletas del libro. Algo más y menos: los cartones de Trino superan con mucho a las gacetillas de Gamés, lo dice en serio, pero no ofendan a Gilga, por piedad. En otro mundo, el joven Gilga seguía a Trino, Jis y Falcón, allá en los años en que tenían una gran página: “La Croqueta”. Irreverentes, cómicos, satíricos, fársicos, estos tres hechizaban a Gamés, oh sí. En fon. Vamos al primer año del presidente Liópez Obrador. Recuerden por favor.

***

Todo parece muy lejano, como si hubiera ocurrido en otro mundo. Gil nunca comprendió: El Joven Maravilla, Ricardo Anaya, y el Ciudadano, José Antonio Meade, se daban hasta con la cubeta. Los que saben, que luego no saben nada, decían que Anaya quería despachar a Meade y luego entrar al palenque de Liópez con todas sus huestes. La verdad de las verdades es que el carretón de adquisiciones políticas de Liópez se fugaba día a día. La manga del muerto y las encuestas de los vivos (muy vivos), pero las llamaradas de la cargada con Liópez alcanzaban altitudes notables. Y ahí iba con su carretón, a gran velocidad. Lo demás, ustedes ya lo saben.

Gamés pensaba (ya empezamos con las jactancias): algo va mal. Si los precandidatos hacen chistes, Gil hará política y escribirá discursos con los cuales cimbrará a la nación: “song personeros de la mafia, pero está muy cerca el renacimiento de México, el cambio verdadero, por eso andan muy nerviosos”. A Liópez le dio por hacerse el simpático, es un decir, para que no dijeran que el candidato era un majadero, un malhumorado y un amargado. Epigmenio logró casi lo imposible, que Liópez sonriera, cantara, diera besitos tiernos a su esposa e hiciera chistes. Yo soy “el Liópez”, amigo de todos los niños, y digo versitos y hago canciones y doy consejitos: jugaré, reiré y quizá hasta lloraré, pero siempre contento en esta campaña de tú; no, de me, bueno, ya se me olvidó. Caracho, si los candidatos van a decir chistes, Gilga podría enloquecer y cantar la vieja canción del inmortal Chabelo.

Más información: http://bit.ly/2YcLA3s

 

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