viernes 19 abril 2024

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por etcétera

Gil caminó por la duela de cedro blanco con las manos entrelazadas en la espalda y envuelto en meditaciones inverecundas: si la realidad mexicana va a reproducir capítulos completos de telenovelas como El señor de los cielos, lo que debemos hacer es conseguir un poderoso patrocinador.

La noticia cayó como una piedra en el charco de la vida pública: Genaro García Luna, ex secretario de Seguridad Pública durante el gobierno de Felipe Calderón, fue arrestado en Dallas, Texas, acusado de tener vínculos con el narcotráfico. Y vaya, qué vínculos: de acuerdo con la acusación presentada por la Fiscalía de Nueva York y otras presentaciones como la DEA y el FBI, de 2001 a 2012, mientras ocupaba cargos de alto rango en el gobierno mexicano, García Luna recibió millones de dólares en sobornos del cártel de Sinaloa a cambio de proporcionar protección para enviar drogas a Estados Unidos.

Gamés insiste. Según este reporte leído en López-Dóriga Digital, de 2001 a 2005, cuando García Luna dirigió la Agencia Federal de investigación (AFI) que controlaba a la fuerza de Policía Federal, y de 2006 a 2012, cuando se desempeñó como secretario de Seguridad, el cártel de Sinaloa obtuvo un pasaje seguro para el envío de drogas a Estado Unidos. García Luna también ofreció información confidencial sobre las investigaciones del cártel e información sobre cárteles rivales de drogas, lo cual facilitó la entrada de cantidades de toneladas de cocaína a Estados Unidos.

La guerra comprada

Gilga no quiere mentir, mientras leía los detalles de la noticia, crecía su asombro: en dos ocasiones, el cártel le entregó personalmente a García Luna sobornos en maletines que contenían entre 3 y 5 millones de dólares. Según los registros financieros obtenidos por el gobierno de Estados Unidos, García Luna había acumulado una fortuna en millones de dólares.

O sea y CEO, García Luna fue aprehendido por su probable responsabilidad en los delitos de conspiración para traficar cocaína, declaraciones falsas a autoridades judiciales federales, cohecho, coparticipación en diversos delitos contra la salud, delincuencia organizada y otros. ¿Cómo ven? Dicho esto sin la menor intención de un albur sobornable.

Gil no quisiera ponerse pesado, pero mientras el ex presidente Calderón llevaba y traía la certeza más bien desportillada de que había que detener la ola criminal de los cárteles, su hombre fuerte de la Seguridad había sido comprado por el narco. Rayos y centellas: ¡cataplum, crash, track, pum! No somos nada, o sí, somos lo que el narco ha comprado y penetrado hasta las profundidades de las fibras sociales y los altos cargos de seguridad. Con la pena. Ya lo sabíamos, pero confirmar una sospecha es más difícil que llevarse una sorpresa.

Más información: http://bit.ly/2RNUfb4

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