jueves 25 abril 2024

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por etcétera

Un año les bastó para destruir la economía de México y la confianza de los inversionistas, y ahora que comienza una crisis mundial inesperada nos encuentra débiles, con una economía bajo cero desde el año pasado, con los motores apagados y un gobierno ideologizado e incompetente.

Nos íbamos a estrellar con ésta o cualquier otra turbulencia exterior porque estábamos mal parados. No había escapatoria.

El optimismo era infundado y las concesiones del sector privado a los populistas fueron infructuosas, como nos ha enseñado la historia. Lo sabíamos todos, pocos lo dijeron.

Ante el negro panorama de la economía, al populismo se le ocurrió hacer una ‘consulta popular’ el fin de semana para frenar en Baja California la construcción de la planta Constellation Brands, de una inversión de mil 400 millones de dólares y que ya había ejercido 900 millones, porque tenía los permisos e inspecciones hechas por el gobierno mexicano.

Para abajo los empleos y la actividad económica que iba a generar la cervecera que produce Corona con insumos nacionales. Al diablo con ellos.

Exactamente lo mismo hicieron con la consulta que eliminó la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, que consistía en una inversión de 13 mil millones de dólares, ya fondeado, y con ello cancelaron la apertura de decenas de miles de empleos directos e indirectos.

Mataron la confianza y la inversión. Y para que no se nos olvide quiénes son y de qué son capaces, nos recetaron este fin de semana la ‘consulta popular’ en Mexicali.

Las consecuencias de su irresponsabilidad las veremos traducidas –ahora que se junta con pandemia– en desempleo, quiebras de empresas, mayor inseguridad y posibles revueltas sociales en algunos puntos de la república.

El presidente del Consejo Coordinador Empresarial estimó que si la economía cae -4 por ciento, como prevén algunos analistas, se van a perder 800 mil empleos formales. A ello hay que sumar un millón 200 mil personas en edad de trabajar que buscarán entrar al mercado laboral y no habrá lugar.

¿Hasta qué cifra de desempleados va a aguantar el país sin convulsiones sociales?

El golpe será también –esperemos que sólo por unos meses– para las personas que viven de la calle. Son millones de personas en la economía informal que necesitan llevar sustento a su casa.

¿Qué va a hacer el gobierno con la población de adictos que viven de lo que les da la calle?

De algún lado tendrán que sacar los cien pesos que necesitan todos los días para sobrevivir y obtener el alcohol o la droga que mitigan su ansiedad.

Los restaurantes que van a dejar de operar se van a contar por miles. Grandes, medianos y pequeños, con cien o con dos empleados.

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