martes 16 abril 2024

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por etcétera

Ahora resulta que el testigo estrella para evidenciar los supuestos actos de corrupción en Pemex es Froylán Gracia Galicia. Pues no, este señor miente nuevamente y ahora inventa una historia para proteger a su todavía patrón y amigo: Emilio Lozoya Austin.

Fue una noche de marzo, seis años atrás, cuando la comitiva mexicana se sentó en diversos lugares y mesas del salón que en Houston, Texas, se asignó a la conferencia anual CERAweek 2014, que tuvo como ponente estelar al exdirector de Pemex. Y cómo no iba a ser el protagonista, pues él y sólo él se aventó la puntada de informar a todos los presentes que era momento para festejar, pues en las leyes secundarias de la Reforma Energética, aprobada los últimos días de 2013, se autorizaría –porque él así lo disponía–, que Pemex pudiera escoger discrecionalmente a sus socios privados para explotar campos petroleros. Sí, que los ‘farm-outs’, los asignaría por dedazo, sin licitación (así como hoy asigna las licitaciones la 4T) argumentando que así lo hacen otras grandes petroleras.

Ante los peligrosos comentarios, el grupo de connacionales que lo acompañaban no dudaron en mostrar su molestia, de hecho como lo comenté en la columna del 7 de julio del 2020, justo por este tema es que vino el quiebre con Luis Videgaray, quien alentado por Pedro Joaquín, se opuso contra viento y marea logrando que final quedara en ley que los farm-outs los tendría que licitar la CNH (organismo que fue autónomo y hoy está coptado por la 4T). Por cierto, Lozoya hizo berrinche, y se negó a hacer farm-outs mientras estuvo en Pemex (el primero fue el campo Trión con la australiana BHP, pero ya en tiempos de Pepe Toño González Anaya).

REGRESANDO A LA CENA…

Los panistas presentes se indignaron por la prepotencia y máxime porque en el Congreso aún continuaban las discusiones referentes a los siete dictámenes sobre las leyes reglamentarias. Y porque desde el gobierno de EPN estaba atacando a Salvador Vega, y Pancho Domínguez no dudó en sacar la cara por el grupo parlamentario. Si no me creen pregúntenle a Cabeza de Vaca; a Ernesto Cordero no, porque andaba de licencia. De allí los enfrentamientos y peleas, en donde por cierto, Froylán Gracia Galicia no atendió a nadie de la delegación mexicana, únicamente centró su atención en todos los amigos de Lozoya Austin provenientes del extranjero.

VOLVAMOS A LAS PRUEBAS DE ESTE SINIESTRO PLAN

En la columna del 28 de octubre pasado escribí que existe evidencia sobre cómo Emilio Lozoya explicaba su plan para no licitar ningún contrato; lo dijo a mediados del año 2013, y afirmó que SIN estos procedimientos de compra ahorraría ocho meses al entregar los contratos directamente.

¿Se imaginan el desfalco, de haberlo logrado? Para muestra, pregúntenle a Alonso Ancira por la venta de la planta chatarra, perdón, la de fertilizantes Agronitrogenados, pues por más que sale a querer explicar las supuestas ventajas de la transacción, todo se queda en un pobre intento. Nadie entiende cómo le compraron una planta que llevaba sin operar 14 años.

Obvio, los buenos vinos tintos, el alcohol y los excesos sobraron esa noche.

México perdió miles de millones de dólares con Froylán y Emilio, quienes deberían entregar algo que no suene a prueba patito para que la FGR, de Alejandro Gertz Manero, pudiera considerar sus “declaraciones”, pues cada que salen a acusar a alguien se desmoronan sus argumentos con la realidad, la cual demuestra que tanto Lozoya como Gracia Galicia –durante su gestión– perjudicaron a Pemex, lo que más allá de traición a la patria, los tendría que obligar, mínimo, a regresar lo que se llevaron, además de que sus cuentas bancarias sean indagadas a fondo junto con todas las transacciones y movimientos financieros de su círculo cercano, incluido Adán Gracia Galicia.

Por cierto, ¿alguien sabe dónde está Lozoya? ¿Alguien lo ha visto desde su llegada a México?

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