sábado 20 abril 2024

Recomendamos: ¿Polémica por el NAICM? Polémica la construcción del primer ferrocarril en México en 1857, por Paris Padilla

por etcétera

Encuentro muchas semejanzas entre el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) y el caso del primer ferrocarril que se construyó en este país, la línea ferroviaria entre la Ciudad de México y Veracruz, al que se llegó a conocer como el Ferrocarril Mexicano.

Estudié el caso del Ferrocarril Mexicano hace un par de años, pues llamaron mi atención todos los aspectos políticos, económicos y sociales que involucró el proyecto, así como por lo controversial que resultó su construcción.

Al igual que con el NAICM, en los años en que se quería tender un ferrocarril entre México y Veracruz, se buscaba que este fuera el medio principal para entrar y salir del país. Había todo un imaginario colectivo sobre las ventajas económicas que traería la obra, entre las que se mencionaba concurrentemente el posicionamiento de México al mismo nivel de las potencias industriales, el incremento exponencial del turismo y la captación de divisas. Era, en pocas palabras, el proyecto mexicano de infraestructura de la época ¿Suena parecido?

Uno de los aspectos más llamativos del caso del Ferrocarril Mexicano fue el uso político que se le dio a la obra.

A lo largo de su construcción (la cual duró 15 años, desde 1857 cuando se otorgó la concesión a Antonio Escandón, el empresario principal de la obra, hasta finales de 1872 cuando fue terminada) se señaló en diversas ocasiones que la ubicación por la que se habían planeado que pasaran las vías no era la mejor, y que esto había dependido de los intereses de los principales inversionistas, quienes contaban con propiedades a lo largo de la ruta planeada y por lo tanto sus aspiraciones parecían ser meramente especulativas.

En aquel entonces, por supuesto, los argumentos ambientales eran inexistentes, mucho menos la posibilidad de una consulta, pero sí había propuestas alternas de tender la línea por una ruta alternativa que resultara menos costosa y en la que hubiera menos sospechas de que la ubicación correspondía a la conveniencia de unos cuantos.

No faltaron las acusaciones de corrupción en torno al proyecto del ferrocarril, las cuales iban desde haber conseguido la concesión mediante favores e influyentismo, haber negociado los términos de la misma a puertas cerradas (incluso se dijo que las reuniones para pactar esto se habían realizado en la casa de la familia Escandón), privilegiar los bolsillos de los empresarios a costa de los enormes recursos públicos que se destinarían, regalar acciones de la empresa a cambio de influencia para cambiar los términos de la concesión, obstaculizar la competencia de otras compañías y la utilización de “empresas fachada” por parte de los inversionistas para conseguir permisos y contratos.

Más información en: huffingtonpost.com.mx

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