jueves 25 abril 2024

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por etcétera

¿Tenemos en caja 400 mil millones de pesos extras, que antes se iban por el caño de la corrupción, para enfrentar la emergencia sanitaria sin alterar los planes del gobierno? Preguntamos a un destacado dirigente morenista en charla fuera de grabadora. “Ya ni la chinga quien le dijo eso al Presidente…”, nos reviró, así de francote.

Hablábamos de la declaración que hizo Andrés Manuel López Obrador en la mañanera del martes, cuando dijo, frente a un calladito titular de Hacienda, Arturo Herrera: “tenemos fondos extras para usar de alrededor de 400 mil millones de pesos”.

Nuestro interlocutor sabe que esos recursos no existen. Menos con la contracción económica que nos espera por la parálisis generalizada ocasionada por el coronavirus.

Las más reconocidas calificadoras ubican esa contracción entre el 2.5 y el 5 por ciento para este año. Moody’s, por ejemplo, calcula la disminución del PIB en 3.7 por ciento.

¿Cómo va a compensar el impacto de la caída de una recaudación calculada con base en un crecimiento del 2 por ciento, y una proyección de 49 dólares el barril para la mezcla mexicana de petróleo?

Es cierto, sí, que existe una ventana de recursos: las ganancias con el tipo de cambio, pero no son suficientes, y mucho menos inmediatas.

El morenista con el que hablamos está consciente de que una vez que pase la emergencia sanitaria, se quedará la emergencia económica.

Las quiebras se van a multiplicar, el desempleo se va a disparar. La clase media se encogerá. Los pobres serán más. Los reclamos subirán de tono. La inconformidad también. El hambre se multiplicará, la desesperación también.

Malas noticias para Morena, a poco más de un año de las elecciones intermedias.

El empresario Ricardo Salinas Pliego —valoraciones sobre el alcance del virus y las medidas para contenerlo aparte— alertó sobre lo que se nos viene:

“Paralizar toda la actividad económica de tajo significa hambre y por lo tanto, dentro de poco tiempo se desatará la delincuencia, la rapiña y el caos porque resulta que el estómago no sabe esperar”.

Y más adelante: “los costos humanos del desempleo, el costo humano del hambre, de la violencia, son enormemente mayores que los costos del virus”.

Su polémico mensaje puede sintetizarse en una frase que pronunció en una reunión con directivos del Grupo Salinas: “No nos moriremos por COVID-19, pero sí de hambre”.

Más información: https://bit.ly/2y5UEhj

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