29 de enero. Una vecina de Lindavista contacta a policías preventivos: sus vecinos no abren, no contestan, no se sabe nada de ellos. Los agentes ingresan al inmueble y son recibidos por un olor nauseabundo. En el garaje, dentro de una camioneta Van, hay tres cuerpos envueltos en bolsas de plástico transparentes. La policía detiene a un joven de 28 años, por el presunto asesinato de sus padres y de una empleada doméstica.
La PGJDF iba a contabilizar, con este hallazgo, 64 homicidios cometidos durante el mes de enero de 2015.
Faltaba lo peor. Durante el primer semestre del año, los homicidios dolosos iban a sucederse en cascada. El multihomicidio de la colonia Narvarte, en el que perdieron la vida el fotoperiodista Rubén Espinosa y la activista social Nadia Vera, así como otras tres mujeres más, es el corolario del periodo más violento que ha vivido la ciudad de México en los últimos 16 años: 418 homicidios dolosos en el primer semestre: i47 más que el año pasado! -y 188 por arriba de 2006, periodo en que la estadística de este delito mostró su nivel más bajo (300).
A lo largo de ese semestre en la ciudad de México, la muerte tuvo permiso día a día, semana a semana, mes tras mes.
11 de febrero. Mario N. acude a una plaza comercial, a unos pasos del metro Taxqueña, citado por los secuestradores de su esposa. Acaba de retirar del banco 600 mil pesos. Con una abultada mochila colgada al hombro, espera impaciente la llegada de los delincuentes. Siente de pronto que un hombre lo observa, tiene miedo de que vaya a despojarlo del dinero y pide ayuda a un policía bancario. En ese instante los secuestradores entran al estacionamiento de la plaza. Terminan balaceándose con el policía bancario y disparando en contra de Mario. Su cuerpo queda tendido con el maletín en el pecho.
