jueves 28 marzo 2024

Recomendamos: En medio de la pandemia, el protagonismo mediático de López-Gatell, por Rodrigo Vera

por etcétera

Durante la conferencia mañanera del pasado 16 de marzo, al presidente Andrés Manuel López Obrador le preguntaron si no le importaba contagiar de coronavirus por no usar cubrebocas. Y éste –con sonrisa sarcástica– le pidió al subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, que respondiera en su calidad de “científico”.

Sentado a un lado del presidente, el atildado subsecretario de pelo entrecano se incorporó de su asiento y subió al podio. Ahí, con perfecta dicción, diagnosticó enfático: “La fuerza del presidente es moral, no es una fuerza de contagio”.

Esta escena pintó de cuerpo completo tanto a López-Gatell –a quien sus detractores consideran un “burócrata de la salud” siempre servil al poder–, como a su jefe López Obrador, quien recomienda llevar estampitas religiosas para ahuyentar la infección, desestimando el uso de cubrebocas y otras medidas dictadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El alto número de muertes y contagios en México se debe en gran medida a estas “omisiones” y “negligencias” en el manejo de la pandemia que encabeza el polémico subsecretario, aseguran organizaciones sociales, gobernadores, partidos políticos, legisladores y exsecretarios de Salud.

La inconformidad contra López-Gatell ya desembocó en dos denuncias ante la Fiscalía General de la República (FGR): una interpuesta por el Partido Acción Nacional (PAN), el pasado 14 de septiembre, y otra por sus legisladores en el Senado, cuatro días después.

Raymundo Bolaños Azócar, apoderado legal del PAN y quien elaboró la denuncia del partido, afirma:

“Acusamos a López-Gatell de sabotaje, pues con sus acciones y omisiones entorpece los servicios de salud. Comete además un ejercicio ilícito del servicio público, pues incumple con su responsabilidad de proteger la vida de las personas, de aquí se desprenden los delitos de homicidio y lesiones”.

La senadora Alejandra Reynoso, una de las firmantes de la segunda denuncia, señala por su lado:

“Pese a que la OMS pide usar cubrebocas, López-Gatell descalifica estas recomendaciones, cuando debiera recomendar su uso mediante un acto administrativo. Y no entendemos cuál es su verdadera función ¿es el vocero o es el estratega? ¿está asumiendo la responsabilidad que le corresponden al Consejo de Salubridad General?… No se sabe”.

Show nocturno

Las denuncias hacen un recuento de las veces en que el presidente y el subsecretario descalificaron el uso del cubrebocas, como cuando López-Gatell aseguró, el pasado 3 de abril, que éste no sirve y sólo da “una falsa sensación de seguridad” (de hecho, en su conferencia de prensa del 28 de septiembre, utilizó el cubrebocas para limpiar sus lentes). O cuando López Obrador, el 18 de marzo, pidió a los mexicanos llevar consigo “amuletos y estampitas” para espantar al coronavirus. Y después, el 31 de julio, cuando prometió a los mexicanos: “Me voy a poner un cubrebocas ¿saben cuándo? Cuando no haya corrupción”.

También denuncian la aplicación del modelo Centinela para monitorear los contagios por covid-19, pues sus mediciones –argumentan– minimizan los daños de la pandemia y no es recomendado por la OMS. Igual denuncian el no haber capacitado a tiempo al personal médico para combatir el coronavirus, entre otros errores.

Ante esto, piden que se “sancione penalmente a los responsables de las miles de muertes y de las afectaciones de la salud a las personas”, principalmente a López-Gatell, por lo presuntos delitos de “homicidio”, “lesiones” y “ejercicio ilícito del servicio público”.

Por su lado, el médico Fabián Infante, líder del Frente Nacional de Trabajadores de la Salud (FNTS), organización que demanda mayor protección para el gremio y realiza plantones en los hospitales, dice lamentándose:

“La capacitación al personal de salud debió hacerse desde diciembre del año pasado, tan pronto empezó el contagio en China. Pero no fue así. En México tuvimos un retraso de cuatro meses. La pandemia nos agarró desprevenidos. Esto provocó que muchos colegas médicos murieran o fueran infectados”.

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