viernes 29 marzo 2024

Recomendamos: Refinería Dos Bocas avanza… sin protección ni sana distancia

por etcétera

Por Abraham Reza y Mariel Arroyo

Mientras el resto del país se detiene para evitar la propagación del covid-19, las labores para erigir la refinería en Dos Bocas, Paraíso, continúan a marchas forzadas.

Sin cubrebocas ni guantes ni sana distancia, miles de trabajadores cumplen su jornada, aunque ellos y sus familias corren el riesgo de contagiarse del virus que azota al mundo.

Tabasco tiene la tasa de incidencia de coronavirus más alta a escala nacional tomando en cuenta su población sin embargo, la construcción de la refinería va a marchas forzadas, tal como lo pidió el presidente Andrés Manuel López Obrador.

A pesar de que representantes de la iniciativa privada y asociaciones civiles han recomendado que el proyecto se cancele o por lo menos se suspenda durante la emergencia sanitaria, desde el 5 de abril la orden del mandatario nacional fue “no parar”.

“Los intelectuales orgánicos recomendaron que ante la crisis se cancelen la construcción del aeropuerto de Santa Lucía, que se cancele la construcción del Tren Maya, que se cancele la construcción de la refinería y les contestó: ‘¿De qué quieren su nieve?’”, aseguró en aquella ocasión

Todos los días, desde las 6:30 horas, más de mil 500 empleados que laboran para las empresas a cargo de la obra (Van Oord, ICA Flour, Samsung y KBR) ingresan por alguno de los dos accesos de esta magna construcción. La mayoría son albañiles, operadores de maquinaria, gerentes e ingenieros.

“La indicación es que no se pare, que trabajemos normal”, señala Luis Enrique Ontiveros, supervisor de maquinaria.

Todos los días es juego de la ruleta rusa, pues aunque al entrar los empleados son inspeccionados, nunca saben con certeza si hay algún portador asintomático que pueda estar usando el mismo tractor o las mismas herramientas.

“Se nos sugiere que debemos traer nuestro equipo completo, cubrebocas, overol, lentes y casco, además se nos toma la temperatura al ingresar, pero pues usted sabe que hay gente que no muestra signos y eso para nosotros es un riesgo”, expresa Arturo Herrera, supervisor de construcción, quien además agrega que nadie les proporciona el mínimo equipo de protección, de modo que consiguen por su cuenta lo que pueden.

Más información en: Milenio.com

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