sábado 20 abril 2024

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por etcétera

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, acaba de tomar una decisión política y jurídica que descubre ante el mundo su verdadera imagen. La Secretaría de la Función Pública (SFP), encargada del combate a la corrupción, dio a conocer el resultado de las investigaciones a Manuel Bartlett, director general de la Comisión Federal de Electricidad: no incurrió en conflicto de interés ni en enriquecimiento oculto. En realidad, usaron argucias legales para disculparlo.

Al exonerar oficialmente a Bartlett —el político mexicano que mejor encarna al viejo sistema corrupto y autoritario— López Obrador pasó a formar parte de una larga lista de líderes latinoamericanos que se autoproclaman adalides en contra la corrupción, pero que apenas llegaron al poder se convirtieron en cómplices y encubridores.

Barttlet es un viejo político involucrado en muchos escándalos previos en México. Después de que, en el programa de radio que conduzco, la periodista Arelí Quintero diera a conocer dos investigaciones, Bartlett Bienes Raíces y Bartlett S.A. de C.V., la SFP recibió 33 denuncias contra el funcionario.

El gobierno entregó, a cambio, una simulación de investigación sobre la red de propiedades y empresas familiares que ocultan la fortuna acumulada por Bartlett. Pese a evidentes irregularidades y violaciones a la ley en el caso, el gobierno dijo que no encontró falta alguna en su proceder y todas las denuncias se desestimaron.

El presidente había anticipado este resultado desde el día que se publicó el primer reportaje: consideró a Bartlett inocente de cualquier acción indebida y dijo que enfrentaba “una campaña en su contra por parte de los conservadores”.

López Obrador se derrotó a sí mismo al avalar la farsa de investigación. Política y jurídicamente su gobierno ya es, de manera oficial, cómplice de Bartlett, quien tiene un historial político negro que va desde acusaciones de fraudes electorales hasta el asesinato y desaparición de personas. Con su exoneración, el presidente de México tiró a la basura su discurso de los últimos 18 años.

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