viernes 19 abril 2024

Primaria de Tamaulipas justifica intento de violación de niños a menor de 7 años: “es su culpa por ser bonita”

por etcétera

Hace un mes, cuando la noticia del asesinato de un niño en Chihuahua a manos de otros menores que “jugaban al secuestro” conmocionó a México, el coordinador Nacional Antisecuestro, Renato Sales, declaró que este suceso era un reflejo de la descomposición social que vive el país. Una declaración cierta, ya que la violencia, el bullying, la falta de acción de autoridades, familias y el desdén social han vuelto a poner los ojos en el norte del país, en nuevo caso donde menores creen que “jugar a la violación” es bueno, sin que para los adultos les implique mayor asombro.

María Dolores Trejo, madre de una niña de siete años, interpuso una denuncia ante la Agencia del Ministerio Público de Protección a la Familia en Tamaulipas, contra siete estudiantes de segundo año de la primaria “Herman Harris Fleishman” por el delito de violación en grado de tentativa; un suceso que la profesora y directora del colegio han intentado minimizar.

Los hechos ocurrieron el pasado 25 de mayo dentro de la propia institución. De acuerdo con las declaraciones de Dolores Trejo, que recupera El Mañana de Reynosa, siete compañeros de su hija intentaron abusar sexualmente de ella al “jugar a la violación”.

Sin embargo, aunque no deja de preocupar la tentativa de delito, sorprende e indigna la reacción de la profesora a cargo y la directora de la primaria, quienes en todo momento trataron de manejar el caso como un asunto menor. Incluso los Servicios Escolares y de Supervisión Social de la Secretaría de Educación Pública (SEP) han dado por cerrado el caso sin que existan consecuencias para el plantel, sus directivos o los menores.

La madre de la niña relató que al llegar al colegio por su hija, Olivía Mejía, profesora a cargo, le dijo que “algo” había pasado con la niña. “Lo que pasa es que no había nadie en el salón a la hora de la entrada y cuando ingresé a la aula me di cuenta de que la tenían a su hija acostada en el piso. Varios niños alrededor de ella y les pregunté qué era lo que pasaba y solo me respondieron que estaban jugando a violar a la niña”.

La docente confirmó que fueron siete los niños implicados y que cuando ella ingresó al salón de clases ya le habían quitado la blusa, zapatos y la tenían en el piso atada de manos, pies y boca.

Sin embargo, Mejía aseguró que la niña había tenido “algo de culpa”, porque “es la más bonita del salón” y supuestamente -sí, una menor de siete años- andaba “coqueteando con los demás niños”.

Por si fuera poco al día siguiente de los hechos, María acudió con la directora, Gabriela Camacho, quien le dijo que “ellos no podían hacer nada pues solo se trataba de un juego, pero que de cualquier manera tomarían cartas en el asunto”. Asimismo, afirmó que ella no creía que hubiera pasado tal cosa pues si apenas son niños y, que además ella tenía cámaras de vigilancia en la escuela y que estaba al pendiente de lo que ocurría en dicho plantel, no haciéndome mucho caso a pesar de la gravedad del asunto que había pasado”.

No obstante, Dolores Trejo declaró que las autoridades escolares cerraron el caso sin que existan castigos o investigaciones reales, razón por la cual decidió ejercer acción penal en contra de quien resulte responsable, además de solicitar la reparación del daño ocasionado, física y psicológicamente.

En la denuncia, la señora también relató que a la hora de salida del 26 de mayo, un niño que presuntamente participó en la agresión y que se identificó como “José”, le dijo -“mire señora, mi papá me pegó por lo que pasó con su hija, pero yo ni hice nada, al contrario, yo la quería ayudar para que ya la dejaran, pero eran varios niños”- enseguida otro menor que se identificó como “Toño” también comentó -“¡mmm…¡ A mí, mi papá no me hizo nada… Nada más le dio risa a pesar de que yo me había quitando la camisa y el pantalón”.

De acuerdo con el reporte que Proceso publicó el fin de semana, Pablo Arguello Castillo, jefe del Centro Regional de Desarrollo Educativo en Tampico, confirmó el incidente e indicó que se están tomando medidas al respecto.

Subrayó que el caso es supervisado por psicólogos del servicio de apoyo a la educación regular y que los estudiantes agresores ya reciben ayuda emocional porque no pueden ser expulsados o suspendidos, ya que “mandarlos a la calle” implica un factor de mayores consecuencias a largo plazo.

La mamá describió de manera grave la situación emocional y psicológica de la menor.

ahea

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