Aun cuando admitió que la seguridad sigue siendo su principal desafío, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador omitió durante su Primer Informe de Gobierno ofrecer datos específicos sobre el comportamiento de la delincuencia, en contraste con las cifras que sí ofreció en otros rubros, donde desde su perspectiva se han tenido logros significativos.
El mandatario presumió, sin embargo, que ha cambiado “el paradigma de la seguridad” y cuestionó la estrategia de sus antecesores, basada sólo en el uso de la fuerza militar y policial, la cual dejó un “saldo pavoroso” de muertos, heridos y desaparecidos. Según dijo, su gobierno ha decido dejar las medidas de guerra y atender las causas que propician la violencia y recapituló los principales programas sociales de su administración como eje rector de su plan para enfrentar esta problemática.
“El actual gobierno decidió cambiar las medidas de guerra por una política integral de justicia, paz y seguridad ciudadana. Entre las acciones principales para conseguir la paz, destaca el hecho de que se están creando mejores condiciones de vida y de trabajo para atender las causas que originan la violencia; es decir, lo principal es que haya empleos, buenos salarios, bienestar y se garantice a los jóvenes el derecho a la educación y al trabajo. En todo ello estamos actuando”, señaló.
No hizo mención alguna del incremento en el número de homicidios, que de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), de enero a julio sumaron 20 mil 135, 800 casos más que en el mismo periodo de 2018. Sólo se limitó a decir que se han desplegado a 58 mil elementos de la Guardia Nacional, aunque no precisó que ésta se conforma en su mayoría con elementos castrenses. Tampoco se refirió a los recientes asesinatos múltiples en Veracruz y Michoacán, donde ya opera la Guardia Nacional. Asimismo reiteró que todos los días sesiona con su gabinete de seguridad.
En forma escueta, López Obrador señaló que se está brindando protección a 337 periodistas y a 639 defensores de derechos humanos, pero no hizo ninguna referencia a los 14 periodistas asesinados en lo que va de su administración, ni de la reciente advertencia que hizo la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos (ONU-DH) de que el Mecanismo de Protección a Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, puede verse rebasado y volverse inoperantes por el recorte de recursos y el incremento de la violencia.
Recalcó también que el Ejército no se usará para reprimir al pueblo y que se terminó el exterminio de la delincuencia organizada. Afirmó que ya no se permiten redadas ni masacres y que las fuerzas armadas han dejado de ser las principales violadoras de derechos humanos. Les agradeció su lealtad.
“Ni el Ejército ni la Marina se han utilizado ni se utilizarán para reprimir al pueblo. Se terminó la guerra de exterminio contra la llamada delincuencia organizada; ya no se permiten redadas ni masacres ni la desaparición de personas. El Estado ha dejado de ser el principal violador de los derechos humanos. Quiero agradecer el apoyo y la lealtad de las fuerzas armadas que han aceptado el desafío de garantizar la seguridad pública sin violar los derechos humanos. No olvidemos: el marino y el soldado es pueblo uniformado. Es el pueblo cuidando al pueblo”, manifestó.
Indicó que pese a que la seguridad es una asignatura pendiente y que hasta el momento se han logrado los resultados esperados, se dijo seguro de poder “pacificar al país”, con perseverancia y honestidad.
“Aunque todavía no tenemos buenos resultados en cuanto a la disminución de la incidencia delictiva en el país, y que ésta constituye nuestro principal desafío, estamos seguros que vamos a lograr pacificar a México con trabajo coordinado de todo el gobierno, con perseverancia, con profesionalismo, con honestidad y, sobre todo, con acciones guiadas por el principio de que la paz es fruto de la justicia”, sentenció.
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