Según el secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, el proyecto del Aeropuerto de Texcoco era “un desastre” y hubiera significado una deuda enorme para el país y nunca iba a funcionar porque presentaba un considerable grado de riesgo para sus usuarios.
Adujo también que el proyecto se había encarecido demasiado y se hubiera convertido en un elefante blanco y un pozo sin fondo, además de que había mucha corrupción. Y aun cuando la actual administración le hubiera dado continuidad a la obra, no iba a haber dinero que alcanzara para concluirla.
Al comparecer ante senadores, el funcionario aseguró que no existía una planeación estratégica para llevar a cabo la obra y prueba de ello, dijo, es que las empresas que conformaban el consorcio Constructora Terminal del Valle de México, entre las cuales se encontraban Grupo Carso e ICA, entre otras, habían demandado al Grupo Aeroportuario Ciudad de México (GACM) por incumplimiento, además de solicitar la ampliación del plazo para la conclusión de los trabajos a que se habían comprometido.
De acuerdo con el reporte de Radio Centro Noticias, Jiménez Espriú dijo a legisladores que era tal la falta de planeación y desorden, que tampoco había un proyecto de vialidades para poder llegar a la terminal y hubiera sido el único aeropuerto al que sólo se podría llegar vía aérea.
Esto último, ocasionó algunas expresiones de molestia e incredulidad en los senadores que conforman la Comisión de Comunicaciones y Transportes, algunos de los cuales abandonaron la comparecencia.
Acusó especulación con los terrenos aledaños al aeropuerto por parte de empresarios que querían hacerse millonarios, sin embargo, no proporcionó ningún nombre. No obstante, dijo que todo esto fue lo que el gobierno de Andrés López Obrador observó y valoró para finalmente cancelar el proyecto, “con el apoyo de la población” a través de una consulta.
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