jueves 28 marzo 2024

Medios y usuarios deben responsabilizarse en el combate de #FakeNews: especialistas

por etcétera

La difusión de noticias falsas no es algo nuevo en el mundo, pero con el auge de las redes sociales ha cobrado un especial relieve, particularmente a partir de la popularidad que adquirió el término “fake news” durante la campaña presidencial en Estados Unidos que llevó al poder a Donald Trump. Sin embargo, este fenómeno plantea hoy en día la necesidad de una redefinición de los contenidos de los medios de comunicación y  una mayor responsabilidad de los usuarios al elegir y difundir la información que consumen.

En estos planteamientos generales coincidieron los especialistas participantes en el Foro “Fake News: Retos legislativos para las plataformas digitales”, organizado por las comisiones de Comunicaciones y Transportes y de Radio, Televisión y Cinematografía del Senado de la República.

En el panel estuvieron presentes Aaron Sharockman, director Ejecutivo de PolitiFact, una plataforma digital con sede en Miami, dedicada a verificar la veracidad de los declaraciones de los gobernantes, congresistas y grupos de interés en Estados Unidos; Marco Levario Turcott, director de la revista etcétera; Mario Campos, académico y conductor en Foro TV; Luis Roberto Castrillón, periodista y colaborador de diferentes medios de comunicación y Esteban Illades, editor en la revista Nexos. Todos ellos expusieron sus puntos de vista en la mesa temática titulada “Las Fake News, su difusión en diversos países y sus efectos sobre las decisiones de las personas”.

Aaron Sharockman hizo una amplia exposición de la difusión de noticias falsas durante el proceso electoral en Estados Unidos, donde ambos contrincantes se vieron involucrados, con la abierta intención de quitarse votos mutuamente. También detalló los esfuerzos que varios medios de comunicación estadounidenses llevan a cabo, en coordinación con grandes plataformas como Google, Twitter y Facebook para contrarrestar la propagación de contenidos engañosos o falsos.

Marco Levario Turcott, director de la revista etcétera, expuso que las difusión de noticias falsas atentan contra el derecho a la información en detrimento de un saludable intercambio público y de la calidad de los contenidos en los medios de comunicación, que invariablemente tienen efectos en las decisiones de los ciudadanos ante los diferentes problemas sociales o en coyunturas electorales. Consideró que los medios tienen la obligación ética de verificar la información que difunden.

Detalló que en la propagación de “fake news” se conjugan una serie de factores como la falta de credibilidad en los medios tradicionales y la utilización de las redes sociales como un vehículo de catarsis para un cúmulo de sentimientos individuales y colectivos que los ciudadanos guardan respecto a su realidad más inmediata y sus expectativas. Por otra parte, los medios de comunicación y las propias redes, han impuesto una lógica en la que predomina la búsqueda de clics más allá de la calidad informativa y la conjunción de todo lo antedicho, crea el clima propicio para la dispersión de informaciones atractivas pero no necesariamente ciertas.

Indicó que los consumidores de medios y usuarios de redes son los principales responsables en la generación y dispersión de contenidos en las redes sociales y éstas son únicamente el vehículo transmisor. Asimismo, se pronunció por un marco normativo que regule, e incluso sancione los contenidos falsos, sobre todo en procesos electorales y precisó que eso en modo alguno debe interpretarse como una pretensión de censura, sino evitar que la difusión de contenidos falsos pueda derivar en alguna conducta ilegal.

Por su parte, Mario Campos, destacó cómo influye la crispación social y la polarización política como propulsores de noticias falsas en las redes y como ingrediente principal en el intercambio público en estos instrumentos de comunicación. Aunado al esparcimiento de informaciones distorsionadas para atacar a un adversario, los simpatizantes de causas y actores políticos se agreden mutuamente por su incapacidad para debatir y confrontar ideas, situación que es un reflejo de lo que ocurre en la incipiente democracia mexicana.

A su vez, Luis Roberto Castrillón, subrayó que tanto los medios como sus usuarios han evadido sus respectivas responsabilidades en la generación y difusión de información y de ahí, el origen y la recurrencia en la difusión de “fake news” que, incluso en muchas ocasiones es una práctica que se efectúa en forma deliberada y en ciertas franjas busca una suerte de normalización. No obstante, consideró que más que crear información falsa como tal, debe hablarse de una desinformación.

Por último, Esteban Illades, apuntó que este fenómeno comunicacional plantea el reto de una nueva educación, tanto en la esfera de los medios como de las redes sociales. Se pronunció por un modelo en que los medios de comunicación se autorregulen y en donde se reduzca significativamente el financiamiento gubernamental que reciban, lo cual los llevaría a efectuar un mejor periodismo para procurar su supervivencia. Por otra parte, respecto a la posibilidad de regular las redes o el internet supondría una serie de implicaciones legales y sociales que tendrían que analizarse a profundidad.

arg

 

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