jueves 28 marzo 2024

‘La Jornada’, trinchera de Ackerman en su guerra contra Morena

por etcétera

Aun cuando La Jornada es el diario más alineado al oficialismo y muestra de ello son sus portadas, “Rayuelas” y editoriales, el académico John Ackerman la ha usado como trinchera de la guerra que desde hace semanas emprendió (primero con suavidad) contra el partido oficial y que este 21 de junio hizo estallar sin disimulos.

En el mismo día en que su esposa, Irma Eréndira Sandoval, fue despedida públicamente como Secretaria de la Función Pública, Ackerman publicó en La Jornada (el diario que más dinero por publicidad oficial ha recibido este sexenio) un encendido texto que declara la guerra al partido oficial y su presidente, Mario Delgado, y de refilón, al propio presidente López Obrador.

Llama la atención que Carmen Lira, la directora del diario y gran amiga de AMLO, haya permitido a Ackerman la publicación de un texto que a todas luces ofende a su principal cliente: el gobierno federal. 

Cabe preguntarse si después de ello, ocurrirá entre Ackerman y La Jornada lo mismo que ocurrió entre el doctor y la revista Proceso: que se “prescinda” de sus servicios como colaborador.

El texto de Ackerman del 21 de junio debe leerse en el contexto del castigo que AMLO impuso a Irma Eréndira por haber impulsado la candidatura de su hermano, Amílcar Sandoval, para el gobierno de Guerrero, en abierta rebeldía a los deseos del presidente y del líder nacional de Morena, Mario Delgado. No otra fue la razón de su deshonroso despido.

No es poco ni suave lo que Ackerman, dueño de una hábil retórica, dice en contra del partido en el poder, específicamente, contra Mario Delgado, que cuenta con el apoyo irrestricto del presidente. Señala, ni más ni menos, “que se encuentra hoy en un estado de total ilegalidad y ausencia de institucionalidad democrática”.

“No existe espacio alguno para la participación de la militancia en la toma de decisiones”, afirma, y comparte una “lista inicial de agravios”.

Mediante dicha lista la emprende en contra de Delgado y de Citlalli Hernández, presidente y secretaria general de Morena, respectivamente, a quienes acusa de haber llegado a sus cargos de manera irregular, violando “grotescamente” los estatutos del partido.

Afirma además que se han incumplido las normas internas de realizar reuniones semanales del Comité Ejecutivo Nacional y reuniones trimestrales del Consejo Nacional. Acusa de esos incumplimientos a Mario Delgado.

Agrega que se ha fallado en integrar un Consejo Consultivo Nacional, mismo que debió quedar conformado antes del 15 de diciembre de 2020. Dicho Consejo decide las candidaturas, pero como legalmente no existe, señala, “quienes a lo largo del proceso electoral se ostentaron como integrantes de este órgano” y eligieron candidatos lo hicieron “de manera ilegal”.

Hasta este punto, las alusiones a la selección de candidatos son muy generales, pero luego Ackerman deja en claro que se refiere específicamente al proceso en Guerrero, en donde Félix Salgado Macedonio fue elegido supuestamente mediante una encuesta, en detrimento de su cuñado, Amílcar Sandoval. Lo hace señalando que “una reciente solicitud de transparencia remitida al partido reveló que no hubo gasto alguno en materia de encuestas, lo cual confirma la sospecha con respecto a si en realidad se hayan realizado estos ejercicios demoscópicos”.

Se recordará que Morena argumentó que se eligió a Salgado Macedonio porque así lo decidieron “las encuestas”.

Es decir, Ackerman afirma que en el caso de Guerrero, no se realizó ninguna encuesta para elegir a Salgado Macedonio, que éste fue elegido a dedo y por personas que operan fuera de la legalidad.

Ackerman lista otros agravios y violaciones a los estatutos, así como la queja de que el presidente del partido toma las decisiones de manera antidemocrática.

No hay motivo para dudar que al interior del partido en el poder ocurra tal como denuncia el académico. El caso de Salgado Macedonio en Guerrero demostró los alcances autoritarios del presidente y del partido en el poder. Lo que llama la atención es que, contando con esa información, Ackerman la calle hasta el mismo día que su esposa es expulsada del círculo interno de la Cuarta Transformación, ante la mirada dura del presidente, quien explicó al país que decidió sustituirla para lograr ahora sí un gobierno austero.

Se recordará que AMLO agregó, ante Irma Eréndira, que el servicio público no debe ser “derroche” ni tampoco “fantocherías”.

Naturalmente, Ackerman se cura en salud al afirmar que si emite esta lista de agravios no es para debilitar al partido, “sino todo lo contrario”.

“Lo que se busca es retornar este valioso instrumento del pueblo a la senda de la institucionalidad democrática para que pueda cumplir con su vocación de transformación social y evitar convertirse en un simple trampolín de oportunistas para llegar a cargos públicos”.

Dice que es momento de convocar a un Congreso Nacional “para renovar la dirigencia del partido” y que si Mario Delgado se niega a hacerlo, lo debe hacer la mayoría de los integrantes del CEN y si no, el Consejo Nacional. “Años de disciplina partidista van desgastando la paciencia de la militancia”, advierte.

No ha sido la primera vez que el también conductor de televisión usó su columna en La Jornada para pegarle a Mario Delgado. En otro texto, publicado al día siguiente de las elecciones del 6 de junio, habló de las “humillantes derrotas” que Morena recibió en Nuevo León y San Luis Potosí por causa de las malas decisiones del dirigente.

“En ambos casos la apuesta de la dirigencia por candidatas chapulinas con largas trayectorias dentro del PRI resultó un fiasco”.

En el mismo texto, Ackerman celebró los triunfos que Morena tuvo en otros estados de la República, con excepción del caso de Guerrero, el cual ni siquiera mencionó.

Sin embargo, en ese texto no hizo acusación alguna de “falta de institucionalidad democrática”. Todo lo contrario.

En el texto del 7 de junio, Ackerman dijo que tras la jornada electoral “en lugar de que se haya reducido la presencia nacional de Morena y sus aliados, se ha consolidado su hegemonía democrática en todo el país”.

A pesar de que su cuñado Amílcar había quedado fuera de la contienda desde semanas atrás, Ackerman no mostraba excesivo rencor.

¿Qué cambió de entonces a ahora?

Que su esposa, Irma Eréndira, perdió el favor, la confianza y el afecto del presidente y fue expulsada totalmente de la Cuarta Transformación.

*ofv

También te puede interesar