Durante 2017, la empresa automotriz Ford vivió un bajón de ventas de 17.7% en México, luego de que hace un año canceló la construcción de una nueva planta en San Luis Potosí con una inversión prevista de mil 600 millones de dólares, acicateados en parte por “las políticas a favor del crecimiento que el presidente electo Donald Trump ha indicado que perseguirá”.
Eso fue lo que dijo entonces el director ejecutivo de Ford, Mark Fields, lo que provocó inmediatamente un boicot por parte de algunos empresarios y presidentes municipales para no comprar sus vehículos.
Si bien el desempeño en ventas de la marca no se puede atribuir por completo al rechazo que generó la cancelación de aquella planta, al final Ford cerró 2017 con una caída de 17.7% respecto a 2016, al colocar 81 mil 698 unidades, casi siete mil vehículos menos que en 2009, año de la peor crisis automotriz en México.
Su línea de lujo, la Lincoln, también concluyó el año con una disminución de 33.5% en ventas respecto a 2016. En 2017, Ford cayó del sexto al octavo lugar por volumen de ventas, al ser superada por Honda y KIA.
Además del factor Trump, también hubo problemas con el inventario, la oferta de vehículos fue limitada (tuvo que haber salido un nuevo modelo compacto en 2017 y se atrasó el lanzamiento), financieramente la marca tuvo retos en Estados Unidos para compensar algunas pérdidas y a eso se suman las nuevas marcas y productos en el mercado mexicano, según estimaciones de analistas internos.
A lo largo del año, por lo menos 20 agencias de Ford cerraron o cambiaron de dueño porque la propia armadora le pidió a algunos distribuidores que vendieran su agencia a otro distribuidor para consolidar territorios.
Consultores automotrices indicaron que Ford ha perdido participación en el mercado mexicano debido al encarecimiento de sus vehículos, los cuales se volvieron memos competitivos que la competencia, sobre todo en servicios postventa. Además, el valor de reventa de los vehículos Ford es menor que el de marcas japonesas o europeas.
En 2017 Ford hizo pocos lanzamientos de vehículos en comparación con competidores como KIA y Hyundai, que fueron más agresivos en producto, precio, financiamiento, garantía y servicio. Hasta noviembre, el modelo de Ford más vendido en México fue el Figo, el subcompacto más barato de la compañía automoriz, seguido de Lobo, Ranger, Fiesta, Escape, EcoSport, F350 F150, Transit y Mustang.
El Figo, pese a que se ofertó con un precio más bajo que sus competidores como March, Vento y Aveo, quedó en el noveno lugar en ventas en el segmento de subcompactos. El modelo Fiesta, de fabricación nacional, no figura entre los compactos más vendidos del mercado.
Y el Mustang, un modelo emblemático de la marca, hasta noviembre reportó una caída de 30.4% en ventas, respecto al mismo periodo de 2016. Ford no sólo tiene descuidado al mercado interno, sus plantas orientadas a la exportación de vehículos también están bajando el ritmo.
A finales de septiembre, la planta de Cuautitlán, estado de México, hizo un paro técnico de tres semanas debido a una menor demanda del Fiesta en el mercado estadounidense. Mientras que la planta de Hermosillo, Sonora, suspendió actividades dos semanas por una menor demanda del Fusion y Lincoln MKZ.
De enero a diciembre, las ventas del modelo Fiesta en Estados Unidos disminuyeron 5.2%, las de Fusion 21% y las de Lincoln MKZ 10.3%, de acuerdo con cifras de Ford.
(Con información de El Universal)
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