jueves 18 abril 2024

Documentos en La Jornada y carta de Adams generan más preguntas que respuestas

por etcétera

Los documentos sobre la casa gris de Houston que publicó el domingo La Jornada y la carta que al respecto publicó Carolyn Adams despiertan más dudas que certezas acerca de su arrendamiento, ya que no responden presuntas planteadas con anterioridad sobre el conflicto de interés que pudiera existir.

Este domingo La Jornada publicó un muy pobre texto para acompañar cuatro documentos, los que, según la redacción de ese diario, muestran que la llamada “Casa Gris” de Houston “fue rentada en forma regular mediante un contrato de arrendamiento entre sus propietarios, Keith L. Schilling y Lauren M. Schilling, y a Carolyn Adams, esposa de José Ramón López Beltrán”.

Los documentos mostrados por el diario son el contrato de arrendamiento, una transferencia bancaria de agosto de 2019, un estado de cuenta de Adams y un cheque remitido por ella.

Posteriormente Adams publicó una misiva en su cuenta de Instagram, la que fue reproducida por José Ramón López Beltrán en Twitter. En ella comentó los documentos publicados por La Jornada (uno de los medios que más recursos ha recibido del gobierno de Andrés Manuel López Obrador) para intentar explicar el asunto de la casa de Houston y contradecir aspectos “del montaje que se orquestó con dolo y mala fe, para perjudicar a nuestra familia”.

Sobre los pagos de la renta de la casa de Schilling, añadió que se hicieron como los que fueron exhibidos por el periódico oficialista durante los 11 meses que duró el contrato de arrendamiento. Y afirmó que tiene las pruebas correspondientes, las que entregará a las autoridades correspondientes.

Adams consideró que los documentos publicados por La Jornada con “una gran parte de las pruebas”, por lo que se puede dar por concluido el asunto. Sin embargo, un poco más adelanta amagó: “Nos reservamos el derecho de tomar acciones legales contra todos los responsables de esta difamación calumniosa a todas luces, hecha con dolo”.

Finalmente, Adams dijo que no son personas públicas, pidió respeto a su privacidad y afirmó que no existe conflicto de interés.

Un día antes, tanto la periodista Peniley Ramírez como Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad revelaron que el arrendamiento de la casa de Houston de Schilling, rentada a Adams y López Beltrán, no fue registrado en el sistema Multiple Listing Service de Houston Area Realtors. Por ello, lo que queda es que el arrendamiento haya sido realizado “por fuera”.

Como se recuerda, Schilling negó conocer y tener ningún vínculo con su arrendatario, mientras que Adams dijo que había rentado la casa mediante un agente inmobiliario con licencia y que “rara vez se conocen las partes”.

Al conocer la publicación de La Jornada, Ramírez  cuestionó, en un hilo de Twitter, los documentos. Destacó que no se explica cómo el contrato mostrado no fue registrado en el sistema de bienes raíces de Texas, en el que hasta la fecha aparece como si la casa no hubiera sido rentada en el periodo que la habitaron Adams y López Beltrán.

Además, la periodista señaló que, según los formatos de Texas, el contrato debe tener 16 páginas, pero que La Jornada sólo publicó la primera. Si se diera a conocer el documento completo, se podría saber si Adams registró que López Beltrán viviría en la casa, lo que es importante por la declaración de Schilling de que ignoraba a quién le rentaría la casa.

Otra parte del contrato debe contener un anexo en el que se compruebe que Adams gana 17 mil dólares o más, triple del valor de la renta, como establecen las reglas texanas. Además, sobre los depósitos exhibidos por La Jornada Ramírez señala que el del 8 de julio “coincide con la fecha cuando la renta pasa de ‘activo’ a ‘pendiente’ en el registro en Texas, el 9 de julio. También publica el pago de renta de agosto, cuando la casa debería verse como rentada en el sistema. Pero no se ve así”.

Ramírez señala que es una falta administrativa cuando los agentes de bienes raíces no cambian el estatus de una casa cuando ocurren. También se preguntó: “¿Reportó Schilling a Baker que la familia del presidente vivía en su casa, mientras la empresa ampliaba contratos con Pemex? No lo sabemos. El director de Pemex dijo que no había ampliaciones, luego Pemex las reconoció, pero no han explicado la forma inusual como se aprobaron”.

Por su parte, en su noticiario de W Radio Carlos Loret de Mola señaló que el precio de la renta andaría en los 120 mil pesos al mes, lo cual sigue abonando a este enorme vacío: “¿De dónde sale todo ese dinero? ¿En qué momento se volvió rico José Ramón? Porque, además, si rentas en Houston una casa de 120 mil pesos, tienes que acreditar ingresos por, más o menos, 400 0 500 mil. Y luego súmales la manutención de la casa, el jardín, la alberca y todos esos servicios, que en Estados Unidos son carísimos”.

Sobre lo publicado por Adams, Loret de Mola dijo que lo que acepta “es que ella y José Ramón López Beltrán habrían pagado 115 mil pesos de renta mensual. Pero sólo aparece el depósito de seguridad, no el resto de los depósitos, no aparece el contrato completo”.

Añadió que lo dicho ahora por Adams contradice la versión inicial de que ellos no sabían que era de Keith Schilling, del alto ejecutivo, porque este contrato (por eso quizá no se revela todo completo) mostraría que claro que vienen los nombres de quiénes son los inquilinos y quién está del otro lado de la mesa: de quién es la casa y quién la va a habitar”.

“Todo apunta a que el corredor de la casa (Carolyn Adams dijo que todo lo había visto con un corredor de la casa) podría tratarse también de un pariente de los Schilling, con lo cual se derrumba más eso de ‘no sabíamos de quién era la casa y no sabíamos que era de un alto ejecutivo de Baker Hughes’”, agregó.

Otro punto es el del dinero porque es una casa que cuesta mucho, para lo que se tiene que demostrar que se cuanta con ingresos anuales de unos 250 mil dólares.

“Una vez más, en un intento de respuesta, cavaron más el hoyo”, dijo Loret de Mola.

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