De acuerdo con la investigadora de la UNAM, Marta Lamas, el comunicado firmado hace unos días por un grupo de artistas francesas es positivo porque plantea la necesidad de un análisis más profundo sobre las relaciones entre hombres y mujeres.
Al participar en una mesa de debate en el programa “Despierta”, conducido por Carlos Loret de Mola para Televisa, la activista señaló que más allá del contexto en que se genera el manifiesto de las francesas, donde el acoso sexual asociado al abuso de poder es una realidad, su propuesta fundamental derribar el mito de que todas las mujeres siempre son víctimas y que todos los hombres son victimarios.
Explicó que el acoso sexual es un asunto suficientemente complicado, pero desde su perspectiva, una declaración como la de las francesas no trata en modo alguno de quitarle importancia, sino diferenciarlo de prácticas de galantería, si se quiere un tanto agresivas, pero con la aceptación y el consentimiento de quien las recibe.
Añadió que en las relaciones entre hombres y mujeres varían según el tipo de sociedad, pues no se pueden analizar igual en las conservadoras como la mexicana o la estadounidense, que en las más liberales como la francesa o las de otros países de Europa.
Por su parte Catalina Ruiz Navarro, columnista en diferentes medios de comunicación, consideró que el movimiento #MeToo en ningún momento ha ido en contra del coqueteo, ya que todas las personas tienen una dimensión sexual y les gusta sentirse deseadas, el problema es cuando esa circunstancia se usa para ejercer una relación de dominio o sometimiento.
Coincidió en la necesidad de saber establecer la diferencia entre el sano coqueteo y el acoso, especialmente en sociedades machistas, donde un gran porcentaje de hombres no están acostumbrados a buscar señales de consentimiento en la mujer a la que se están acercando y tienen la idea de que “Las mujeres son cosas de las que pueden servirse”.
Ambas participantes señalaron que tanto hombres como mujeres deben hacerse responsables de sus actitudes hacia el sexo opuesto y dejar en claro, en cualquier ámbito, los límites de las relaciones que entablen.
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