Desde 2011, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) alertó que en la construcción de la Línea 12 del Metro se habían detectado algunas irregularidades como el incremento injustificado de los costos en ciertos tramos y estaciones, uno de ellos el que colapsó el pasado lunes 3 de mayo.
De acuerdo con los resultados de la revisión de la Cuenta Pública 2009, consultados por Reforma, en aquel entonces también se encontró una mala supervisión de la calidad de la obra y de los materiales, e incluso prácticas de nepotismo.
Enrique Horcasitas Manjarrez, responsable del proyecto, es hermano de Luis Horcasitas Manjarrez, quien al momento de construirse la obra, era parte del Comité Ejecutivo de ICA y responsable de su unidad de Construcción Civil, compañía a la que se asignó la ejecución de la Línea 12.
“La entidad fiscalizada formalizó en forma indebida el convenio modificatorio núm.1, en virtud de que en la revisión de la documentación proporcionada se detectó que los apellidos del Director General del Proyecto Metro del Distrito Federal, coinciden con uno de los Directores Generales de Construcción de ICA, S.A. de C.V., quien fue promovido a Vicepresidente Ejecutivo de la misma empresa, por lo que en virtud de que el convenio es una extensión del contrato se advierten modificaciones con ventaja para el consorcio”, indica el informe de la ASF.
Respecto al incremento injustificado de los costos, éstos fueron desde el 2 hasta el 169%; los porcentajes de los anticipos se aumentaron de 20.9 a 37.4% en perjuicio de las finanzas Gobierno de la Ciudad de México.
Cabe recordar que la construcción de la Línea 12 se asignó en 2008 al consorcio conformado por ICA, Carso Infraestructura, Construcción SAB y Alstom Mexicana. El monto original fue por 15 mil 290 millones de pesos, no obstante, el costo final del proyecto llegó hasta los 26 mil 200 millones de pesos.
La ASF también alertó sobre un cambio efectuado al trazo original de la obra, sin que se justificara debidamente; asimismo, se aumentaron los costos en tramos que no sufrieron modificaciones respecto del proyecto original, entre ellos comprendido entre las estaciones Los Olivos y Nopalera.
Respecto a las deficiencias en la supervisión de la realización de la obra y la calidad de los materiales, la ASF anotó que no hubo control de los programas de intensidad de muestreo y seguimiento de las pruebas de laboratorio.
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