lunes 20 mayo 2024

Democracia o dictadura: eso es lo que se juega el 6 de junio, afirma Felipe Calderón

por etcétera

Las próximas elecciones del 6 de junio quizá sean las últimas en la historia de México que sean libres y democráticas, alertó el ex presidente Felipe Calderón, quien manifestó su expectativa de que los “partidos tradicionales” superen sus mezquindades y hagan frente a lo que verdaderamente urge en estos momentos, que es la defensa de la democracia, ya que estamos en el umbral de un régimen dictatorial, a cargo de Andrés Manuel López Obrador.

Nos encontramos, dijo, en niveles de autoritarismo análogos al echeverrismo de los 70, aunque con la diferencia que todavía contamos con elecciones libres y órganos electorales, y aun hay la oportunidad de poner un alto a las ambiciones personalistas del actual presidente. Por eso, dijo, lo que hay que hacer “como prioridad indiscutible” es construir una gran mayoría opositora.

En conversación con Marco Levario Turcott, en el espacio digital informativo de etcétera del 20 de mayo, Calderón Hinojosa también dijo que reconoce que durante su gobierno, ocurrido de 2006 a 2012, “no pudimos consolidar verdaderamente un régimen democrático” lo que parcialmente explica, junto con graves errores cometidos durante el gobierno de Peña Nieto, el desencanto social que llevó a López Obrador al poder.

Esta es la entrevista entre Marco Levario Turcott y Felipe Calderón. 


¿Lo que se juega el 6 de junio es la democracia, Felipe Calderón?

Definitivamente. La disyuntiva esta vez no es únicamente, ni siquiera principalmente una comparación entre candidatos, entre trayectorias, que hay que hacerla desde luego. Tampoco es entre propuestas y partidos. Es realmente una definición básica que es democracia o dictadura. Por que se han venido construyendo todos los síntomas que reflejan la intención o la orientación del gobierno a instaurar un régimen no democrático. Ya no digamos a restablecer el viejo régimen de un solo partido, sino algo peor que es el régimen de un solo hombre.

Un régimen que no es ni siquiera el tradicional presidencialismo del PRI, sino es la exacerbación personal del poder presidencial que controla, desde luego, lo propio del poder Ejecutivo, incluyendo las fuerzas armadas; el poder Legislativo al que controla abyectamente. Antes era una crítica del análisis político decir que los diputados eran tan abyectos que no le modificaban al presidente ni una sola coma, ¿recuerdas? Ahora la paradoja cruel es que es el propio presidente el que dice “no le modifican ni una sola coma” y lo peor de todo es que no lo hacen. Este nivel de abyección no se había visto en México en medio siglo. Y por otra parte se encuentra la embestida contra los órganos autónomos.

Hay un libro que cito frecuentemente que es Por qué mueren las democracias, y los autores plantean un test a la democracia y se plantean cuestiones como “¿El presidente o el gobernante respeta las reglas democráticas, sí o no?”. Y en este caso, desde la consulta para cancelar el mayor proyecto de infraestructura en América Latina que era el Aeropuerto de Texcoco, una consulta patito o mejor dicho, gansito hasta la falta de respeto a la división de poderes con el cambio a la ley para prorrogar inconstitucionalmente el mandato del presidente de la Corte. O lo que hoy ocurre: que a pesar de que la Corte ya resolvió la prevalencia del fuero del gobernador de Tamaulipas, de todos modos al presidente le vale gorro o al fiscal y sacan una orden de aprehensión a contrapelo y como están perdidos en esa determinación, ahora amenazan con desaparecer los poderes de toda una entidad.

Otro elemento de prueba que cita el libro es si se considera como legítima y respetable la voz de quienes discrepan, y sabemos que para el presidente y su equipo nadie que discrepe tiene verdaderamente legitimidad. Necesariamente tiene que obedecer a los intereses más perversos, a la defensa de la corrupción y en el menor de los casos se lanzan epítetos que no solo polarizan sino exacerban un linchamiento mediático en contra de quien discrepa.

Lo tercero sería si se tolera la violencia desde el poder. Y hay una tolerancia que tiene que ver desde que se permita el bloqueo de vías férreas por medio de la fuerza, o que se tolere que grupos del crimen organizado dominen una región como Tierra Caliente, Michoacán. El caso de Aguililla donde ni el gobernador podía pasar por carretera: tenía que hacerlo en helicóptero del Ejército. Y cuando se le preguntó al presidente si enviaría el Ejército dijo “no, yo creo que hay que solucionar por la vía del diálogo”, lo cual es una tolerancia de la violencia por parte del Estado.

En fin, el que se cancelen libertades y se saque de su trabajo a voces críticas como la de Carlos Loret de Mola, Brozo, Pedro Ferriz y un largo etcétera, todos esos son signos, según estos autores, de destrucción de la democracia y de construcción de un régimen autoritario. Creo que está muy claro que si no se construye un valladar con un Congreso opositor al presidente y su partido estamos en la vía del autoritarismo, la autocracia, la dictadura en México, más pronto de lo que se pudiera pensar.

Felipe, tú tienes una larga tradición en la lucha por la democracia y también ocupaste el más alto cargo en este país para administrar y consolidar la democracia. Con ese bagaje histórico y personal ¿ubicas algún otro momento así de dramático, de persecución política, de acotamiento o inhibición de la disidencia y presión a los medios de comunicación que haya vivido el país dentro de los últimos 30 o 40 años?

La verdad es que no. No en la vida democrática de México. No en este siglo. No en la transición democrática que ubicaríamos desde los 80s a la fecha. No me tocó vivir los tiempos del echeverrismo, pero el parámetro debe ser más o menos ese: el echeverrismo, en los 70, en el cenit del presidencialismo y poco después de las represiones de Tlatelolco y del Jueves de Corpus en 68 y 71.

Quizá a esos niveles andamos… aunque, matizo: todavía tenemos elecciones, todavía tenemos órganos electorales, todavía tenemos competencias reguladas. No sé si se vayan a respetar los fallos del INE. No es confiable el Tribunal Electoral, desgraciadamente y en eso también se parece a la época de los 70, pero bueno, en eso sí hay un matiz y es muy grande: tenemos condiciones democráticas, electoralmente hablando, que entonces no había, pero en términos de poder presidencial éste ahora es tan grande y tan sin límites como lo fue quizá entonces.

Sin duda el gobierno pulsó toda su maquinaria para evitar el registro de México Libre y podríamos decir que la oposición actual ha dejado muchas insuficiencias y pendientes, pero la coalición PAN-PRI-PRD es lo que hay. No pudo haber México Libre, Movimiento Ciudadano me parece que está jugando un papel de esquirol y la coalición es lo que tienen ante sí los ciudadanos.

Sí, es lo que hay y además hay que decirlo con tristeza, porque me parece que estos partidos tradicionales, agrupados, creo que atinadamente, en esta coalición de Va por México, perdieron una oportunidad singular, Marco Levario, de postular verdaderos candidatos de peso. Ciudadanas, ciudadanos de alta respetabilidad, credibilidad, de alto liderazgo.

Si lo hubieran hecho en todos los distritos, o al menos en su gran mayoría esta elección ya estaría decidida en favor de esta alianza opositora, en favor de un freno al autoritarismo y del equilibrio de poderes por la vía del Congreso que tanta falta hace. No fue así y sin embargo, es lo que hay.

Efectivamente, a México Libre se le cerró el paso a la mala, habiendo cumplido todos los requisitos. Habiendo convocado, como marca la Constitución, a más de 300 mil ciudadanos con nombre, fotografía, firma digital autorizada por el INE a través de una aplicación. Más de 250 asambleas de los 300 distritos…

Mira, lo sé muy bien: el PAN nunca en su vida ha hecho más de 200 asambleas distritales.

Y si alguien sabe eso eres tú, que fuiste presidente de Acción Nacional.

Sí. Y la verdad que fue un esfuerzo singular, cerrado a la mala. Hay que decirlo: empezando por el INE, que sus consejeros hicieron una trastada. Los que empezaron a hacer esta jugada sin fundamento contra México Libre y que desde luego fue avalada por el Tribunal Electoral.

Yo coincidí contigo y sigo coincidiendo…

Se equivocaron y creo que eso debilita al INE, porque una cosa es la vocación democrática de quienes lo integren y otra cosa es que empiecen a hacer fallos a capricho por encima y más allá de lo que señala la ley, lo cual los desacredita, porque también lo pudieron haber hecho en casos de candidatos de Morena. Eso va a acabar debilitando al INE porque muchos de sus fallos no son sostenibles en la esfera jurídica internacional.

Pero bueno: yo pensé que la maquinaria que se movió desde el gobierno para cerrarnos el paso obedecía simplemente a la animadversión, al rencor, a la…

¿Inquina en contra tuya?

¡Sí! La inquina en contra mía. Que era una cosa personal del presidente, pero ya andando el tiempo entiendo que era algo más que eso, Marco, y yo creo que ellos vieron en sus encuestas y sus estudios de grupos focales que podíamos haber llenado claramente un vacío de representatividad ciudadana en política, que ha generado la irresponsabilidad en la conducción de los partidos tradicionales.

Ahora, dentro de lo malo, lo menos malo es que no estamos en la coyuntura de ser acusados de dividir el voto ahora. Porque yo sí creo que, afirmando nuevamente que esta no es una elección cualquiera pues lo que se juega es la disyuntiva democracia/dictadura, lo que hay que hacer como prioridad indiscutible es construir esa mayoría opositora y se requiere la unión de las oposiciones. No solo en la alianza ya constituida, incluso y yo he exhortado y reitero esta exhortación, para que Movimiento Ciudadano hoy se sume y se pongan de acuerdo en qué candidatos encabezan qué distritos federales, pero que no lleguen al 6 de junio divididos.

Paradójicamente, Movimiento Ciudadano es quien tiene más que ganar si logra reforzar sus candidatos para diputados, por ejemplo en Jalisco, y a la vez refuerza candidaturas de la coalición en otros distritos. Así, se maximiza la posibilidad de que se construya ese contrapeso y al contrario, si persisten en la negativa, en el capricho, de sostener candidaturas de 4 o 5% que no tienen posibilidades de ganar en los distritos, pero con ello ponen en peligro o maximizan el riesgo de que ganen los diputados de Morena, se estará cometiendo un error craso, un acto propio de esquiroles, que puede hacer perder a México la última oportunidad de contener al poder desde la fuerza electoral de los ciudadanos.

Ojalá que MC, PAN, PRI y PRD entiendan eso, superen sus mezquindades que han sido mucho muy evidentes en este proceso y en otros y entiendan la hora tan delicada que está viviendo el país.

Y bueno, el presidente Andrés Manuel López Obrador está en descarada campaña electoral, violando la ley. Ya incluso señaló que los partidos políticos quieren la mayoría en el Congreso “para robar”. Es decir, el discurso populista es un discurso siempre astuto, siempre atractivo, porque no exige mayor pensamiento, ni requiere el mayor matiz. Aunque el presidente esté violando la ley, esté acusando falsamente a sus adversarios políticos, aunque esté empleando recursos públicos de manera ostensible. Ahorita en Twitter podemos ver cómo hay una tendencia para denostarte, para inhibir tu postura, tu opinión. Se ve que el presidente está metiendo el acelerador porque que le preocupa la situación, ya no se siente seguro, ya no está fijando los temas de la agenda y sigue tratando de culpabilizarte a ti de todos los males que ocurren en el país… Cada vez noto su figura más grotesca, y lo noto más enojado y nervioso. Y por eso veo que hay mayor riesgo para todos los que estamos ejerciendo un trabajo desde el periodismo crítico… y considero que es capaz de cualquier cosa de aquí al 6 de junio.

Coincido contigo y agrego algo: en esa exacerbación, en esa crispación del ánimo presidencial hay un terrible peligro. El peligro de que el apasionamiento político que es evidente en el presidente lo lleve a cometer todo tipo de abusos. Es lo que está imperando en el ambiente y ojalá rectifique. Ojalá como él mismo señala, se serene. Y que recupere esta idea que tenía de pasar a la historia como el mejor presidente de México.

Ya no lo será por los resultados económicos. Hay un consenso de que la economía no recuperará el nivel que tenía antes de que fuera presidente sino hasta que salga. Ya no lo será por los resultados en salud: han sido desastrosos. México está catalogado como uno de los peores países en manejo de la pandemia.

Pero puede pasar a la historia como un presidente que supo resistir la tentación imperial de prorrogar su mandato, de aplastar a las oposiciones, de judicializar la competencia electoral arbitrariamente, aunque estamos viendo que algunas de esas cosas están ocurriendo.

Ahora: algo pasó después de la caída de la Línea 12 del Metro que se rompió, se ponchó la llanta del carro completo de Morena y aunque todavía las encuestas señalan como altísima la probabilidad de que Morena tenga mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y se discute incluso si alcance la mayoría constitucional o la de dos terceras partes como para poder reformar la Constitución por sí sola y sus aliados, la verdad es que está empezando a sentirse en el aire de ciertos lugares un ánimo de cambio que puede ser sorprendente.

Creo que, como ocurre cuando hay un régimen, si no autoritario, sí de vocación autoritario, la intención de un voto contrario al poder no se revela con claridad. Es decir, tú recibes un apoyo del gobierno, qué bueno, estás contento con recibirlo. Y de repente este ciudadano, como que sí quiere votar contra el poder, pero si van y le preguntan a su casa por quién va a votar en la misma puerta donde van y le entregan el apoyo económico, ¡pues prefiere callar! Y quizá su preferencia verdadera se va a revelar el 6 de junio.

Así pasó con Daniel Ortega en Nicaragua en alguna elección que perdió. Así pasó en Venezuela. Quizá eso pase aquí aunque quizá pueda pasar que Morena gane y pues que Dios nos agarre confesados. Sí creo que vienen tiempos muy difíciles, habrá que estar preparados y habrá que pensar qué hacer después del 6 de junio. Esto no se va a acabar aquí, esto va a requerir una ciudadanía mucho más comprometida, mucho más organizada.

Era un poco el talante de lo que buscábamos en México Libre y no digo que México Libre vaya a ser el instrumento, pero definitivamente el poder presidencial exacerbado que hoy tiene López Obrador se explica en gran parte por la ausencia de los ciudadanos de la política y al revés: la manera de controlar ese poder, de someter la tentación autoritaria a los cauces democráticos se logrará cuando haya participación ciudadana.

Y ojalá los partidos rectifiquen, abran sus puertas, inunden con aire fresco ciudadano sus galerías y eso quizá pueda cambiar para bien el rumbo del país.

Reconozcamos Felipe, que un líder tiránico como Andrés Manuel López Obrador es resultado de nosotros mismos, cada uno desde nuestra propia responsabilidad, de nuestros errores. Es resultado de nuestras omisiones, de nuestra falta de sagacidad y pericia. Es nuestra criatura, ¿no lo crees?

Asumo la parte de paternidad que me corresponde en ese tema, efectivamente. Podemos definir al populismo como el proponer soluciones simples a problemas complejos y en eso AMLO es un experto, es un maestro.

Tenemos responsabilidad, sí. Porque quizá no supimos cumplir las expectativas de la gente. No pudimos verdaderamente consolidar un régimen democrático, con economía de mercado, con responsabilidad social. O tampoco nos echemos toda la culpa. La verdad es que también en la administración anterior hubo mucha corrupción e ineficiencia.

Pero ahí se calla el presidente López Obrador. No toca a Enrique Peña Nieto ni con el pétalo de una rosa. Tú eres el culpable hasta de las lluvias fuerte de antier, no sé, ¡de que no se haya vendido el avión!

¡Ahora solo me falta que me echen la culpa de que no gane el Cruz Azul otra vez! (Risas). Pero bueno: yo tengo una responsabilidad, claramente, pero honestamente, lo que catapultó el liderazgo de López Obrador fue el enojo y la desesperación generados en años recientes. Y bueno, ya está, no pensemos más en eso. Ojalá el presidente rectifique, resista la tentación autoritaria, y sobre todo, que la ciudadanía despierte.

Puede no haber mañana, Marco Levario. Bien decía alguien: hay que votar el 6 de junio porque quizá estas sean las últimas elecciones en que verdaderamente lo podamos hacer con cierta capacidad de influencia en el destino de México.

Cuando iniciaste tu candidatura a la presidencia de la República la primera entrevista que ofreciste, y te agradezco mucho, fue a etcétera, hace ya muchos años y llegaste a la presidencia. Que esta entrevista sea una que marque también una convocatoria a los ciudadanos para enfrentar con gusto y con esperanza estas amenazas antidemocráticas. Gracias por esta conversación.

Gracias, Marco. Y te felicito por persistir tantos años en la crítica, en el periodismo responsable, objetivo. Sigamos platicando.  México va a necesitar de veras que los mexicanos estemos unidos, que aguantemos la presión, que aguantemos incluso la persecución, la crítica. Que no cedamos.

Ojalá que despierten esos millones y millones de mexicanos que quizá sienten que hay que hacer algo pero no saben por dónde empezar.

Pues ya estará México Libre buscando otra oportunidad, porque va a prevalecer la democracia.

Gracias. ¡Suerte el 6 de junio! Que no sea una pesadilla, sino un buen sueño.

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