jueves 18 abril 2024

Córdova: reforma electoral, innecesaria e inoportuna; los grandes problemas son pobreza, corrupción, impunidad, violencia…

por etcétera

Una reforma electoral es innecesaria e inoportuna, y podemos hacer los comicios de 2024 sin problema; los grandes problemas del país son la pobreza, la corrupción, la impunidad, la inseguridad y la violencia, afirmó Lorenzo Córdova, consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE).

Además, dijo que una reforma que se plantee como objetivo la mera renovación de las autoridades electorales terminaría por ser miope.

Después del anuncio del presidente Andrés Manuel López Obrador de presentar una iniciativa de reforma electoral y de sus declaraciones de que los integrantes del INE y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Córdova hizo diversos comentarios acerca de los cambios en la materia.

Durante la presentación de la obra Elecciones, justicia y democracia en México (1990-2020), coordinada por Luis Carlos Ugalde y Said Hernández, Córdova señaló con claridad que una reforma electoral de gran calado, “como algunos actores políticos han venido planteando, resulta absolutamente innecesaria; pero, además, una reforma radical no sólo es innecesaria sino inoportuna”.

Al respectó, indicó que las anteriores reformas se han hecho a partir de demandas de las oposiciones, después de elecciones presidenciales complejas, lo que no se ha presentado en los dos últimos procesos federales. También, la principales fuerzas políticas han acordado las modificaciones a las reglas y dan lugar a reformas resultado  de un amplio consenso entre los partidos políticos.

Destacó la necesidad de alcanzar consenso y hasta unanimidad para realizar una reforma electoral. Si no ocurre así y es producto de “un mero mayoriteo”, explicó que se corre el riesgo de que las reglas sirvan como fuente de descalificación y desconocimiento de procesos democráticos.

En lo que puede ser leído como una respuesta a los dichos del presidente aunque sin mencionarlo, el consejero indicó que “una reforma de gran calado que se plantee como principal objetivo meramente la renovación de los órganos directivos de las autoridades electorales termina por ser una reforma miope, alimentada más bien por los rencores, filias o fobias personales, que carece de altitud de miras. Una reforma electoral no es, no puede ser un asunto de estómago”.

Córdova consideró que en estos momentos  la reforma electoral no es necesaria y que se puede seguir con el esquema actual para los próximos comicios: “Nuestro sistema electoral es, sin duda, perfectible. Una reforma será pertinente y siempre lo será, pero no es necesaria. Las elecciones de este año, las mejores de nuestra historia desde el punto de vista técnico y organizativo, demuestran que si no hay cambios en materia electoral, podemos ir a organizar los comicios de 2024 sin mayor problema”.

Indicó que los desafíos auténticos del país son otros y más acuciantes: “Nuestros grandes problemas nacionales —no nos equivoquemos— están en otro lado, no en la materia electoral. Son los irresueltos problemas de pobreza creciente, desigualdad ominosa, corrupción, impunidad, inseguridad y violencia, que siguen estando allí como promesas incumplidas del cambio democratizador, las que nos lastiman verdaderamente como sociedad y afectan prácticamente todas las áreas de la convivencia social”.

Al respecto, recordó que hace más de un siglo la Revolución mexicana se hizo para realizar la justicia social, la que, resaltó, es “una promesa todavía hoy incumplida”.

Comentó que se deben aclarar los objetivos y las modificaciones que se quieren hacer y para qué con una reforma electoral. Insistió en que el debate al respecto debe ser “informado, objetivo, con evidencia, con altitud de miras, apuntando a mejorar nuestro sistema electoral y el sistema de partidos”.

El funcionario finalizó su intervención con la advertencia de que “una reforma hecha a partir de los objetivos de sólo una de las partes, a partir de las filias y fobias que permean en el debate público, de rencores o enconos personales o de partido, está condenada al fracaso y será inevitablemente regresiva”.

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