viernes 29 marzo 2024

Controvertido resultado de la tragedia vial en Tláhuac: nadie será encarcelado

por etcétera
Controvertido resultado de tragedia vial en Tlahuac: nadie será encerrado

La tragedia de Tláhuac del pasado 18 de febrero, donde cinco menores murieron en un accidente automovilístico, ha suscitado un debate entre asociaciones en defensa de los derechos de los niños, abogados y familiares de las víctimas, dado que el presunto responsable no será juzgado debido a su edad, y la posible falta o imprevisión de sus padres no amerita cárcel.

En suma, no habrá castigo, sancionados ni imputados; las autoridades no contemplan prisión o llamado de atención a los padres del niño de 12 años que manejaba el Pontiac G3 al momento del choque, pues aunque se les pudiera achacar una “omisión de cuidados”, esta falta no alcanza la pena corporal (prisión preventiva).

Luis “N”, el adolescente de 12 años de edad que iba manejando el auto, está en el DIF de la Ciudad de México, debido a que ninguno de sus padres acudió a recogerlo. La Procuraduría General de Justicia (PGJ) capitalina informó que no acudieron a la Fiscalía para la Atención de Niños, Niñas y Adolescentes a recogerlo, por lo que permanecerá en el DIF hasta que sean localizados, y se aclare su ausencia.

Las leyes indican que los menores de 14 años no pueden recibir prisión preventiva; por lo que Luis “N” no será privado de su libertad y se prevé que sea sometido a terapias psicológicas y, a lo sumo, a alguna reprimenda por parte del juez. La Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia para Adolescentes de México no contempla sanción privativa de la libertad para menores de 14 años en estos casos.

Lo anterior deja en el peor escenario a los familiares de las víctimas mortales pues aunque se les atiende con apoyo sicológico, e inclusive económico para gastos funerarios, nada podrá reparar el daño ocasionado.

Amigos, hermanos y compañeros de los fallecidos estuvieron con ellos durante la misa que cada familia realizó por separado. Con el uniforme de la Secundaria Técnica 95, fueron llegando poco a poco a las casas. “Ese día estaba con ellos, me salvé porque me quedé un rato más en el carnaval”, platicaba Pedro luego de abrazar a la madre de su amigo.

Sobre el féretro, Pedro colocó un sombrero blanco de charro y un cinturón plateado, artículos que usaría el niño como parte del vestuario para el carnaval. El párroco Heriberto Ortega pidió a las familias no perder la fe y entender el trasfondo de la tragedia. Los padres hablaron poco, no querían fotos ni videos. Revelaron que la autoridad delegacional los apoyó con trámites burocráticos y han brindado asesoría jurídica.

Todos coinciden en que la tragedia debería servir para marcar un precedente y que situaciones similares no se repitan. Los defensores de derechos humanos refieren que se debe trabajar en las delegaciones del sur de la ciudad para la reconstrucción del tejido social, mientras que los abogados proponen endurecer sanciones para la omisión de cuidados.

“El tema es muy complejo empezando porque no se puede castigar la tragedia con otra tragedia, es decir; hay que imaginarnos por todo lo que está pasando el niño de 12 años y los propios padres como para que encima, lleguen las autoridades y les digan que los van a separar y que el niño será llevado a un albergue, el shock es terrible para ambos, se debe de actuar de otra manera”, admite el abogado Gabriel Regino.

“El niño tiene beneficios y la ley lo protege; él por nada del mundo puede estar en prisión, a los padres posiblemente se les pueda imputar la omisión de cuidados, pero para esto se le debe de aplicar una serie de exámenes y se debe documentar que la omisión era constante y no sólo de una vez; aún así, la omisión de cuidados no amerita prisión preventiva”, refirió.

Por su parte, José Luis Arellano, integrante de la organización Por una Niñez Saludable, opinó que la tragedia debe marcar un precedente para los capitalinos, pues más allá del castigo o el afán de buscar un culpable, se debe asumir la responsabilidad, desde los padres de familia, las personas que observaron al niño manejando y no intervinieron, hasta las propias autoridades.

En este país lo primero que se hace es señalar y buscar culpables, cuando en ocasiones no debe ser así, en este caso por ejemplo, primero hay que ver si de verdad hubo una omisión o fue una travesura, no sabemos si el niño con frecuencia tomaba el carro o solamente fue esa vez y, sin embargo, ya estamos juzgándolos, si hubo una omisión”.

El DIF capitalino es quien se está encargado del bienestar del niño, mientras que la Procuraduría capitalina se hace cargo de las investigaciones, aunque se advierte que no habrá detenciones ni juicios, pues el conductor está protegido por la ley debido a su condición de menor, y la presunta falta de los padres no alcanza la pena corporal.

(Con información de El Universal, El Debate y El Financiero)

aml

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