miércoles 24 abril 2024

Julio Astillero viola ética periodística: publica nombre de presunta víctima de abuso sexual

por etcétera

El sitio Julio Astillero difundió el expediente judicial de la denuncia que una mujer presentó contra el senador de Morena Félix Salgado Macedonio por abusos sexuales. Sin embargo, en una falta de ética periodística que afecta a la presunta víctima, no se ocupó de ocultar su nombre en un documento que presentó y que cualquiera puede descargar.

El pasado 6 de enero en el sitio Julio Astillero, del periodista Julio Hernández López, fueron presentadas 37 fojas (aunque ese medio anunció 44; faltan, entre las numeradas, de la 28 a la 32 y de la 34 a la 36, además de que la que sería 45 no está numerada) del expediente de denuncia presentada en 2017 contra Salgado Macedonio por diversos abusos sexuales contra una empleada de La Jornada Guerrero, periódico que entonces dirigía el hoy senador.

Hernández López fue el encargado de anunciar la exclusiva de la exhibición del documento en una transmisión de su medio en Facebook: “En términos estrictamente periodísticos nos ha llegado todo este dato y lo hemos querido poner a disposición porque creemos que es un asunto de gran interés público. Es un asunto que debe analizarse en sus términos adecuados, y dado que las propias autoridades han evitado el que se conozca a fondo lo aquí denunciado lo ponemos a disposición de ustedes para que lo puedan analizar. Este texto lo colocaremos en nuestra página, en el portal julioastillero.com”.

El periodista añadió: “La relatoría, las fotografías, la denuncia, todo está ahí en sus términos más concretos y más exactos”. Anunció que eran las 44 fojas (muy probablemente el conductor ni siquiera conocía bien el expediente porque, insistimos, sólo son 37 fojas las que exhibió su portal) “de la carpeta de investigación de las acusaciones de violación contra el senador con licencia Félix Salgado Macedonio, virtual candidato a gobernador de Morena por Guerrero (sic)”.

Anunció la nota de Francisco Félix, que apareció poco después con el título “‘Todo va a estar bien, chiquita’. Aparece expediente de denuncia por violación contra Félix Salgado Macedonio”. En la nota periodística fueron muy cuidadosos en ocultar el nombre de La Jornada Guerrero, aunque aparece mencionado varias veces en el expediente, ya que supuestamente desde la sede de ese medio su entonces director, Salgado Macedonio, hacía llamadas, concertaba citas, amenazaba e incluso habría cometido violación, según el testimonio de la presunta víctima, que trabajó en ese periódico, al que demandó laboralmente.

Sin embargo, el esmero con que el sitio Julio Astillero escondió el nombre de La Jornada Guerrero y con que puso encima de cada foja tres veces el sello con su logotipo y la leyenda “Julio Astillero Periodismo con credibilidad”,  no fue puesto en cuidar el nombre de la denunciante en la reproducción que hicieron del documento, lo cual es una falta ética grave porque pone en riesgo a la denunciante, y puede generar la revictimización y la estigmatización de la persona agraviada, en este caso por violencia sexual.

En el expediente exhibido por Julio Astillero la Fiscalía General del Estado de Guerrero refiere a la denunciante como “una persona del sexo femenino con identidad reservada para su protección con iniciales J.D.G.”, y no menciona su nombre.

Sin embargo, en varios documentos que acompañan la denuncia sí aparece el nombre de la presunta víctima: en una comunicación por Facebook y, completo, en los resultados de estudios histopatológicos y en la demanda laboral contra La Jornada Guerrero. En total, en seis de las fojas reproducidas por Julio Astillero aparece el nombre de la denunciante, en cinco de ellas completo.

En su Manual de cobertura de hechos con víctimas, la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) señala entre las coberturas revictimizantes la de “publicar el nombre o la dirección de una persona sin permiso de la persona o de la familia”.

En el caso de víctimas de violencia sexual, la CEAV establece que “existe un estigma en relación con quienes han sufrido esta clase de violencia, y un gran número de personas tienen miedo al escrutinio público y a que se les culpe por lo sucedido”.

Y añade que “la creencia de que publicar los nombres de las personas puede ayudar a reducir el estigma no es necesariamente cierta. Incluso si esto contribuyera a que en un futuro se redujera la discriminación en torno a estos individuos, es importante comprender que no se puede exponer a una persona que se encuentra viviendo este tipo de vulneración, para satisfacer los fines de otras”.

También importantes códigos de ética señalan la gravedad de esa acción, como el del Foro de Periodismo Argentino, que establece que “no deben publicarse los nombres de víctimas de delitos sexuales, a menos que se cuente con su consentimiento explícito. Publicar cualquier información que revictimice a la persona atacada constituye una falta de ética grave”.

Sin embargo, pese al riesgo que entraña para la presunta víctima la difusión de su nombre por la posibilidad de ser agredida, revictimizada y estigmatizada, Julio Astillero mantenía hasta este lunes el documento sin modificaciones para resguardar la privacidad de la denunciante. Pero, eso sí, con muchos de sus sellos.

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