El presidente Andrés Manuel López Obrador envió una iniciativa de reforma a la Ley de la Industria Eléctrica que permitirá que la Comisión Federal de Electricidad compre preferentemente a las hidroeléctricas (que son estatales), por encima de las productoras privadas, aun cuando éstas ofrezcan precios más reducidos.
Por medio de un comunicado de prensa, el Congreso de la Unión informó que el presidente envió el pasado 29 de enero una iniciativa con Proyecto de Decreto para reformar y adicionar diversas disposiciones de la Ley de la Industria Eléctrica y que la misma será analizada en los próximos días. Esta propuesta de reforma cancela la realizada por el ex presidente Enrique Peña Nieto.
La finalidad principal es la eliminación de la figura conocida como Mercado Eléctrico Mayorista, para beneficiar a la CFE y en general, a productoras del Estado.
En el texto de la iniciativa se expresa que se trata de “fortalecer a la empresa productiva del Estado, CFE, para beneficio del interés nacional” y para ello quita a la paraestatal la obligación de organizar subastas entre empresas privadas y le permite darle preferencia a las hidroeléctricas, que forman parte de las empresas del estado.
Es decir, permite al Estado comprarse a sí mismo de manera preferente y dejar de funcionar de acuerdo al criterio del precio más conveniente. Según el texto de la iniciativa, de esta manera se busca “garantizar la seguridad energética como pieza estratégica del concepto superior de la seguridad nacional”.
“El sistema de despacho de los generadores eléctricos, impuesto a través de la emisión de dicha ley, es uno de los mecanismos destinados a establecer grandes privilegios a la generación privada, con grave perjuicio a la CFE, reformarlo es imperativo”, señala.
Sin embargo, no considera que la generación privada, que ofrece energía de origen renovable, ofrece también precios más reducidos, con la consiguiente ventaja al consumidor.
No se plantea eliminar del todo la compra a empresas privadas, pero sí quitar la obligatoriedad de la CFE de adquirir energía con las mismas.
Desde la pasada reforma eléctrica realizada por Peña Nieto, la CFE le compra energía a empresas privadas, que producen energía eólica y solar, a menor costo y con mucho menor impacto ambiental.
Ello ha permitido abaratar costos en el suministro eléctrico y cumplir con diversas condiciones del TMEC, que impulsa la preferencia de energías limpias.
Sin embargo, el gobierno de López Obrador no solo ha atacado todas las reformas de su antecesor, sino que de manera frecuente ha criticado la generación de energías limpias y, por medio de la CFE, ha impulsado el antiguo método de generación eléctrica por medio de carbón.
La iniciativa provocó una serie de reacciones, una de ellas por parte del PRI, el partido artífice de la actual versión de la LIE.
En comunicado de prensa, dicho partido dijo que si la mayoría morenista en la Cámara de Diputados aprueba las reformas, apelará ante la Suprema Corte de Justicia-
Consideró que se trata de un error, ya que la iniciativa de AMLO “pretende eliminar el despacho eficiente de las plantas de generación eléctrica, gracias al cual las energías limpias se han abierto paso al ser más baratas que las termoeléctricas convencionales de carbón, combustóleo y diésel”.
Por su parte, el consultor en energía, Paolo Salerno, de la firma Salerno y Asociados, criticó la propuesta de López Obrador. Dijo que sus motivaciones son ideológicas y no de mercado, además de que muestra desinformación ya que la energía de las hidroeléctricas es más cara. “Es la ilusión de un ahorro para CFE si no paga a los privados, pero eso no es lo más eficiente, porque si cerrara plantas ineficientes y comprara más a privados, ahorraría más”.
“Si se tiene la posibilidad de comprar energía más barata, ¿por qué comprarla más cara?”, agregó.
