jueves 28 marzo 2024

Tras 48 horas de críticas en su contra, AMLO ataca a la prensa; “son profesionales del linchamiento”

por etcétera

Furioso, luego de dos días en que las redes sociales han ardido en su contra, este viernes 19 el presidente Andrés Manuel López Obrador la emprendió nuevamente contra los medios de comunicación a quienes insultó llamándolos “profesionales del linchamiento”.

Este exabrupto más en contra de la labor de la prensa provino de descubrir la columna de este viernes, de Carlos Loret de Mola, titulada El linchador pide evitar linchamientos.

“Hablando de linchamiento, ¿quiénes son los profesionales del linchamiento? No de ahora, de siempre. ¡Profesionales del linchamiento!”, dijo, ante el silencio impávido de los reporteros presentes en la conferencia mañanera.

Todo inició cuando, luego de una larga perorata defendiendo, por tercera ocasión en la semana, a su amigo Félix Salgado Macedonio, a quien dijo víctima de una “campaña de linchamiento”. La víspera manifestó que “ya chole” con este linchamiento contra el candidato morenista a gobernador de Guerrero.

De ahí pasó a decir que su gobierno está bajo ataque diario en todos los medios de comunicación. Nomás pasa uno estaciones de radio y son puros ataques al gobierno, dijo sorprendido.

En otro momento, al abordar el tema de la crisis de energía eléctrica, cuestionado por un reportero de El Universal, aseguró que la prensa mexicana “exagera el tema”.

“No voy a señalar a ningún medio, porque sería de mal gusto. A la prensa no le interesa si hay paros técnicos en la empresa, lo que les interesa es atacar al gobierno”, se dolió.

“¿Usted lo considera un ataque?”, le preguntó el reportero.

Olvidando de inmediato que había dicho que no mencionaría ningún medio, el presidente respondió: “¡Claro! En el caso de El Universal es diario, constante, y en el caso del Reforma lo mismo…”

Y pidió a su equipo que le pusiera en la pantalla la primera plana de El Universal, para demostrar su punto. “Lo mejor son las evidencias”. Al ver la nota de ocho columnas, titulada “Asfixia crisis del gas a la economía mexicana”, montó en cólera y se burló:

“¡Cuánta objetividad, cuánto profesionalismo, cuánta mesura! ¿Eso está muy lejos del amarillismo, verdad? ¡No tiene nada que ver con la prensa amarillista!”.

En seguida, dijo a su equipo que mostrara en pantalla la parte inferior de la portada. “A ver, súbele, porque a lo mejor encontramos otros”.

Su tono se hizo feroz: “¿Dónde está Loret?”. Ahí vino su dolorosa sorpresa, ya que, coincidentemente, él había estado hablando de linchamiento por parte de los medios hacia el gobierno, y en la primera plana del diario se encontró con la columna de Carlos Loret de Mola titulada El linchador pide evitar linchamientos.

Al localizarlo, estalló en risas: “¡Ah, ja, ja, ja, ja! ¿AMLO qué? Ah, AMLO lincha desde la conferencia mañanera todos los días.”

El momento en que AMLO dice “¿dónde está Loret?… Aahh…” y estalla en risa irónica.

Y volteó a mirar a los periodistas presentes.

“¿Se sienten linchados ustedes?”. Silencio absoluto.

Su enojo creció.

“¿No es el derecho que tengo yo también, a la réplica?”.

No esperó respuesta y pasó directamente al insulto: “Hablando de linchamiento… ¿Quiénes son los profesionales del linchamiento? No de ahora, de siempre. ¡Profesionales del linchamiento!”, espetó.


No quedaron las cosas aquí.

“Los que antes pensaban que el pueblo no existía se quedaron en el almanaque, no entendieron que ya hay un cambio y que el pueblo es ahora el actor principal de la vida pública de México… Ya no funciona lo del llamado círculo rojo”.

AMLO aludió así, de manera desinformada, a un concepto creado durante el gobierno de Vicente Fox, en que se bautizó como “círculo rojo” precisamente a todos los sectores críticos al gobierno. La administración foxista, tal como la de AMLO, también fue enormemente intolerante a la crítica de la prensa y cotidianamente, Fox se quejaba de que “nada les parecía”.

Como candidato, López Obrador se benefició de la exposición que la prensa daba a sus actividades y dichos, pero ahora, como presidente, deplora que se le tenga bajo observación incesante. Y, tal como ocurrió también con Enrique Peña Nieto, le sorprende mucho que la prensa no le aplauda, que no celebre sus acciones.

“Pone uno la radio, pongan los noticieros de radio, y le cambian y en todos, es crítica al gobierno. Es lo que estamos viendo aquí con El Universal, pero si ponemos el Reforma es lo mismo. ¡Se molestan, porque a pesar de todo ese bombardeo, la gente nos tiene confianza!”.

Es claro que para el presidente los medios deberían tener la función de celebrarlo. Es por eso que, sin descanso, realiza todos los días una conferencia mañanera, porque ha creído que de esa manera puede hacer que la prensa juegue a su favor. Al no conseguirlo, insulta, regaña, se burla, y hasta pretende dar clases de periodismo.

 

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