Hasta el momento, suman 13 los muertos como consecuencia de dos ataques suicidas perpetrados en Teherán, uno en el Parlamento y otro más en el mausoleo del Ayatola Jomeiní, mientras que el número de heridos se elevó a 49. Ambos atentados fueron reivindicados por el grupo yihadista ISIS.
De acuerdo con información de la agencia IRNA, el primer ataque se produjo a las 10:30 hora local, cuando un comando de al menos cuatro hombres armados irrumpió en la sede del Parlamento, y tras tomar a siete personas como rehenes hicieron estallar los explosivos que llevaban consigo.
Las fuerzas policiales iraníes ordenaron el cierre del edificio y no se permitió el ingreso a la prensa ni la salida de los congresistas ahí reunidos. No obstante, la agencia EFE hizo contacto con la legisladora Tayebé Siavoshí, quien rechazó las versiones oficiales de que la situación estaba controlada.
Casi en forma simultánea, un hombre se autoinmoló en el emblemático mausoleo que alberga los restos de Ruholá Jomeini, mientras que otro sujeto situado a unos metros de este lugar fue abatido a tiros antes de detonar los explosivos que portaba.
Después de que ISIS se adjudicara la autoría de los ataques, el grupo militar iraní Guardianes de la Revolución emitió un comunicado en el que vincula a Estados Unidos y Arabia Saudí en los atentados. Según este cuerpo de élite, la reciente reunión del presidente estadounidense Donald Trump con su homólogo saudí, es señal de su respaldo a los terroristas takfiries, enemigos de Irán.
Una postura más mesurada fue mostrada por parte del presidente iraní, Hasan Rohani, quien en un mensaje televisivo llamó a la unidad y a la cooperación regional e internacional contra el terrorismo.
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