jueves 18 abril 2024

Recomendamos también: El riesgo de ser corresponsal en Egipto

por etcétera
Etcétera

Trabajar de corresponsal en Egipto no es tarea fácil hoy en día. Hace un par de semanas tuve que partir de forma urgente de Egipto, el país que he considerado mi hogar durante casi cuatro años. Las autoridades españolas me advirtieron de que me encontraba ante un riesgo inminente de ser arrestado y procesado. De momento, he seguido sus consejos de no volver a El Cairo. Este incidente resulta muy sorprendente, pues al presidente Abdelfattá al Sisi había declarado públicamente en repetidas ocasiones que fue un error abrir un proceso judicial contra reporteros extranjeros y que, en su lugar, deberían haber sido deportados

Por más que le doy vueltas, aún no entiendo por qué fui señalado dentro de la comunidad de corresponsales. Ciertamente he tenido contactos con la oposición al régimen, como también han hecho la mayoría de mis colegas. Mi periódico, EL PAIS, ha sido muy crítico con el Gobierno actual en sus editoriales, y yo he escrito diversos artículos sobre temas espinosos. De hecho, los responsables del diario han recibido fuertes presiones del personal de la embajada egipcia en Madrid desde hace un par de años. Sin embargo, nuestra cobertura no ha sido una excepción entre la prensa internacional.

Quizás mis problemas se deban a la publicación del libro Ascenso y la caída de los Hermanos Musulmanes, en el que analizo la trayectoria de este movimiento islamista tras la Revolución Egipcia. Y es que Emad Shahin, un distinguido profesor de la Universidad de Georgetown especializado en movimientos islamistas, fue condenado recientemente a la pena de muerte in absentia. Sin embargo, mi libro fue publicado en marzo y no ofrece precisamente una imagen positiva de la Hermandad.

http://internacional.elpais.com/internacional/2015/06/30/actualidad/1435684042_748740.html

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