martes 16 abril 2024

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por etcétera

“El gran escape. Salud, riqueza y el origen de la desigualdad” es un libro escrito por Angus Deaton y publicado en 2013, dos años antes de convertirse en Premio Nobel de Economía. La mayoría de sus lectores le dieron una buena calificación y tiene 3.8/5 y 4.1/5 estrellas en Goodreads y Amazon respectivamente. Christopher L. Eisgruber, presidente de la Universidad de Princeton, seleccionó este libro como uno de los mejores para Bloomberg Businessweek en 2013, distinción que junto con muchas otras muestra que en general lo disfrutaron tanto el público común como los expertos, incluso Bill Gates escribió una reseña positiva del libro en su blog a pesar de su claro desacuerdo con su último capítulo. El gran escape, a diferencia de otros títulos en el campo de la economía, puede leerse sin ser un experto en técnicas matemáticas, lo cual no significa que el autor no apoye la mayoría de sus argumentos con gráficos y datos. De hecho, mucho de lo que escribe está sustentado y puede ser evaluado por expertos, pero vale la pena mencionar que algunas de sus fuentes son limitadas y que el propio Deaton lo señala cuando explica la falta de datos disponibles en algunos países y las dificultades para medir el bienestar, pero a pesar de estas adversidades los datos mundiales y los gráficos son útiles como una aproximación.

2. Escapando de la muerte a través de la historia

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En El Gran Escape, Angus Deaton recurre a una película de 1963 con el mismo título para explicar con una metáfora que la desigualdad puede funcionar como escapar de un Stammlager (campo de prisioneros de guerra alemán). Algunos prisioneros logran salir de la prisión al igual que algunas personas logran progresar y alejarse de la pobreza e incluso de la muerte. Todos estaban igualmente atrapados antes de la fuga, pero después del escape se generó una situación desigual en la que algunos están mejor que otros. Los que escaparon pueden ayudar a otros a salir, pero también pueden destruir las rutas de escape dejando a todos los demás atrás y en un mal escenario, entre muchos posibles, algunos de los que ahora son libres pueden colocar trampas para que otros caigan en ellas y regresen al Stammlager. Si bien la desigualdad no funciona exactamente de la misma manera, según Deaton, hay una danza sin fin entre progreso y desigualdad que comenzó porque el primero generó la segunda.

Mas información en: la-gaceta.org

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