jueves 28 marzo 2024

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por etcétera

El 18 de septiembre de 1931 en una habitación cerrada de la segunda planta del número 16 de la Prinzregentenplatz en Múnich hallaban sin vida el cuerpo de la joven Geli Raubal. Los primeros análisis de las pruebas y el cadáver llevaron a la conclusión de que se había suicidado de un tiro en el pecho con la pistola Walther G.35 de su tío Adolf Hitler, dueño del apartamento y con el que había mantenido una fuerte discusión horas antes. Tenía 23 años. Según algunos testigos, el cuerpo presentaba heridas por agresiones y tenía la cara destrozada. La investigación se cerró en ocho horas, el cuerpo se incineró y el informe de la autopsia desapareció.

¿Quién estaba tan interesado en enterrar el caso? ¿Por qué la historia apenas ha tratado este asunto ocurrido en plena carrera de los nazis hacia el poder? “He intentado entender por qué ha quedado fuera de la cultura universal. No hay ni una película, ni un ensayo, ni una obra de teatro sobre esto en ningún idioma. Y sin embargo, en la Alemania nazi todo el mundo conocía el destino de la sobrina de Hitler: el escándalo de su muerte era demasiado grande como para ignorarlo. Creo que hubo un deseo de olvidar cómo se sacrificó el derecho de justicia de una joven para allanar el camino de una revolución política. La muerte de Geli Raubal fue un ensayo general de los errores que vendrían después”, asegura el escritor Fabiano Massimi, quien en El ángel de Múnich (Alfaguara, traducción de Xavier González) aborda el caso desde una ficción apoyada en toneladas de documentos.

Raubal estaba muy presente en la vida del partido nacionalsocialista a principios de los años treinta. Su tío, que siempre tuvo un retrato suyo cerca, la llevaba incluso a las convenciones y fiestas por lo que Hitler, Goebbels o Goering son personajes del libro y todos estuvieron envueltos de una u otra manera en la investigación. “Yo la amaba. Ella me amaba. Es la única mujer con la que me habría casado. A partir de ahora, mi esposa será Alemania”. Tanto estas palabras de Hitler como todo lo que dicen los personajes históricos está sacado directamente de memorias, registros, declaraciones, diarios, cartas y biografías. Massimi (Módena, 43 años) trata así de no tomar partido en asuntos escabrosos como las parafilias del líder nazi o su implicación en la muerte de Raubal. “No debemos olvidar que creemos que lo sabemos todo sobre las perversiones de Hitler, a pesar de que no tenemos pruebas fehacientes. En la novela recojo todo lo que se ha dicho o publicado sobre la que sin duda fue una particular unión entre Geli y su ‘tío Alf’, como llamaba a su tutor”, comenta Massimi por correo electrónico.

Más información: https://bit.ly/3fXiM6k

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