viernes 29 marzo 2024

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por etcétera

¿Un elixir mágico para curar todos los males? Sí, tan seguro como que “el cielo de verano derretirá el hielo”.

Era una de las promesas de panfletos que circulaban en el siglo XIX y que aseguraban que ciertas pociones tenían propiedades curativas.

Las dolencias estaban relacionadas con parásitos, la solución era deshacerse de ellos y, para lograrlo, la persona tenía que beber el elixir.

Los remedios eran verdaderamente “mágicos”. Uno de los panfletos incluía el testimonio de Julie, una mujer que aseguraba que había perdido una extremidad, y tras consumir la poción, le “había vuelto a crecer”.

Ha pasado el tiempo y la ciencia ha avanzado. Investigaciones rigurosas demuestran que esas curas “mágicas” no existen. ¿Cierto? No.

Embaucadores que se aprovechan de la necesidad de las personas han existido siempre y esa realidad no ha cambiado pese a que estamos en 2019.

En la actualidad, la oferta es múltiple: hay quienes ofrecen soluciones para perder peso, para el cuidado de la piel y para sustituir las vacunas, por mencionar solo algunos.

La diferencia en el siglo XXI, sin embargo, es que ese mensaje sin fundamento científico se propaga y se amplifica a través de internet.

“Doctora naturópata”

El caso de Britt Marie Hermes ilustra el poder de la red.

Yo era una curandera. Vendía remedios naturales y tratamientos pseudocientíficos. Me identificaba como como doctora naturópata”, cuenta.

Todo comenzó con la mala experiencia que tuvo con un médico al que vio para tratar su psoriasis. La trató con displicencia y ella decidió buscar alternativas.

Fue a internet y se identificó con lo que encontró. Había gente que estaba en la misma situación y, lo que veía, tenía sentido.

Había recomendaciones relacionadas con prácticas saludables, como el consumo de productos orgánicos. Nada controversial. ¿Cuál era entonces el problema? Muchos terminan inmersos en ese mundo usando el mismo razonamiento.

Le pareció tan lógico, que decidió dedicarse al tema profesionalmente.

“En un principio, era ingenua, pensaba que si el sitio web se veía bien, era confiable”, recuerda.

Pero un día, su jefe, quien estaba tratando a una persona con cáncer, le comentó que iban a usar un medicamento que venía del exterior, pero no había llegado.

“Seguramente la FDA (ente regulador de medicinas y alimentos en EE.UU.) la retuvo, pero no hay ningún problema”, le dijo.

Ese día, decidió abandonar el trabajo que hasta entonces había estado haciendo.

Más información: https://bbc.in/2H12X1j

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