jueves 28 marzo 2024

Recomendamos: ¿Qué libertad de prensa han logrado los países ex comunistas europeos?

por etcétera

El pasado 6 de octubre fue asesinada y violada la periodista búlgara Victoria Marinova. De 30 años, era directora administrativa y presentadora en el canal de televisión privado regional TVN. En su último programa, que se emitió por última vez el 30 de septiembre, abordó un asunto de corrupción en la construcción de carreteras con fondos europeos. Allí entrevistó al periodista búlgaro Dimitar Stoyanov, de la web Bivol, que es socio de WikiLeaks, así como al periodista rumano Attila Biro, miembro del proyecto de periodismo de investigación RISE Romania.

En la última clasificación de Reporteros Sin Fronteras sobre la libertad de prensa, Bulgaria figura en el puesto 111º sobre 180 países, el peor de la UE con diferencia, puesto que es acusada regularmente por la corrupción de su entorno mediático, que viola la libertad de prensa. “El Gobierno es acusado de controlar mediante las subvenciones de la UE los medios de manera muy eficiente sin que el público lo note. Y no sólo los medios públicos, sino también los privados, concentrados en unos pocos empresarios. Sobre todo en el segmento de los periódicos amarillistas opera un poderoso grupo de medios, propiedad de un político, a menudo tildado de oligarca, presto siempre a cualquier vileza, siempre que dé beneficios”, denuncia  Aleander Andreev de la emisora internacional alemana Deutsche Welle.

El periodista búlgaro Dimitar Stoyanov cada vez pasa periodos más cortos en su país por razones de seguridad desde que trabaja para Bivol, donde se desenmascaran las actividades de organizaciones criminales y las connivencias entre empresarios y políticos búlgaros. Solo permanece en su país una o dos semanas como máximo, el resto de su vida discurre a más de 1.000 kilómetros de casa, refugiado en la ciudad alemana de Leipzig.

Bulgaria es uno de los países de la órbita soviética que abrazó la economía de mercado tras la caída del bloque socialista y hoy es miembro de la UE y la OTAN. El partido gobernante es Ciudadanos por el Desarrollo Europeo, de centro derecha.

Acontecimientos convulsos como este reciente asesinato nos deberían hacer mirar la evolución de la libertad de prensa y de expresión en los países del antiguo bloque comunista. Una de las libertades que se suponía recuperarían los países europeos procedentes del mal llamado “socialismo real” era la de expresión. Bajo la influencia de la URSS, la libertad de prensa brillaba por su ausencia por lo que, una vez caído el bloque socialista e integrados en el llamado “mundo libre” disfrutarían del acceso a una prensa plural y libre. Si además se incorporaban en la Unión Europea o al menos abandonaban la órbita rusa, el mundo occidental velaría más por la garantía de esas libertades. Hasta aquí lo que se suponía, lo que les contaban y lo que nos contaron también a nosotros. El reciente crimen de Marinova en Bulgaría nos muestra que esa promesa de libertad para el periodismo no está resultando fácil en estos países. Si Bulgaria registra la peor marca de todos los socios comunitarios en libertad de prensa, por detrás de Brasil o el Líbano, otros países del Este europeo como Hungría, Checoslovaquía o la República Checa también están en plena caída libre, según la última clasificación mundial. También Hungría y Polonía han retrocedido. La libertad de prensa muestra un preocupante declive en Europa del Este, según Reporteros sin Fronteras. Repasemos algunos de estos países.

Tras la disolución de la URSS, Hungría se acerca a Europa Occidental, se integra en la UE en 2004 y hoy es gobernada por el conservador Viktor Orbán, líder del partido Fidesz-Unión Cívica Húngara. La revista ctxt entrevista a la filósofa húngara Ágnes Heller (Budapest, 1929), una de las grandes pensadoras del siglo XX, y nos cuenta esto sobre el panorama de la libertad de prensa en su país: “En Hungría no existe ningún diario disidente. Fidesz compró todos los periódicos locales. Hay un canal de televisión y una emisora de radio con información independiente a los que solo se accede en Budapest y en algún otro lugar. Bajo el gobierno de Kadar (se refiere al primer ministro durante la época comunista), la gente oía Radio Europa Libre. Ahora ya no existe Europa Libre, solo hay emisoras estatales que son los conductos de propaganda de Fidesz. Ningún adversario puede acceder a ellas”.

Más información: http://bit.ly/2IMwsSB

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