viernes 29 marzo 2024

Recomendamos: La verdadera historia de d’artagnan y los tres mosqueteros

por etcétera

Los tres mosqueteros es una de las obras más conocidas y amadas de la literatura francesa. Para su creación, Alejandro Dumas se inspiró en personajes y hechos reales, aunque añadiendo mucha ficción e incluso algunos anacronismos. Las aventuras de d’Artagnan y sus tres camaradas están basadas en un manuscrito de Gatien de Courtilz, señor de Sandras, quien fue a su vez mosquetero y conoció a un compañero de armas del d’Artagnan histórico. Tras retirarse de la carrera militar, se dedicó a la escritura y en 1700 publicó las Memorias de Monsieur d’Artagnan, una primera novelización de la vida del personaje.

Esta versión, escrita en forma de pseudo-memorias, ya contenía elementos de ficción y fue usada por Alejandro Dumas como punto de partida para su novela Los tres mosqueteros publicada en 1844. Dumas añadió más contenido de su propia creación, cayendo igualmente en algunos anacronismos y añadiendo hechos y personajes tan ficticios como carismáticos, como la pérfida Milady de Winter. De hecho los otros tres mosqueteros -Athos, Porthos y Aramis- están basados en personas reales, pero si conocieron a d’Artagnan fue por mera casualidad.

UNA VIDA DE AVENTURAS

Charles de Batz-Castelmore, conocido como d’Artagnan, es de los cuatro mosqueteros, el más fiel a su homónimo literario. Era el cuarto hijo de una familia de la pequeña nobleza de Gascuña, de recursos relativamente modestos para su rango, por lo que él y dos de sus hermanos emprendieron la carrera militar. En 1630, cuando tenía alrededor de 20 años, se marchó a París para ingresar en el cuerpo de las Guardias Francesas por recomendación de un pariente de su madre, el señor de Tréville (quien aparece también en las novelas de Dumas como su protector). En ese momento comenzó a usar el apellido d’Artagnan, una familia noble relacionada con los Castelmore: en realidad sus padres eran de orígenes burgueses, por lo que prefirió usar un apellido que le diera más prestigio.

Tras casi 15 años de servicio militar, el cardenal Mazarino -sucesor de Richelieu como primer ministro del rey de Francia- lo tomó bajo su protección en la compañía de Mosqueteros de la Guardia en 1644, aunque dos años más tarde el propio Mazarino disolvería el cuerpo. Fue en ese breve periodo cuando pudo haber conocido a los mosqueteros en los que se basaron los personajes de Athos, Porthos y Aramis, aunque no hay pruebas de ello y la única base para establecer dicha relación es que pudieron combatir juntos y eran naturales del Béarn, la región que colinda con la Gascuña.

D’Artagnan siguió sirviendo a Mazarino como hombre de armas durante los años siguientes, en encargos que hoy llamaríamos de agente secreto: misiones que consistían en el espionaje, la captura y la custodia de enemigos políticos o nobles rebeldes. El cardenal le premió con su absoluta confianza y en 1657, cuando se formó el nuevo cuerpo de los Grandes Mosqueteros, dio su control efectivo a d’Artagnan como capitán teniente. Mazarino murió en 1661, pero el rey Luis XIV le extendió su protección hasta el final de su vida, como demuestra el hecho de que lo nombrara gobernador de Lille, una ciudad de gran importancia estratégica por su proximidad a la frontera con las Provincias Unidas de los Países Bajos. Fue precisamente en guerra con estos territorios cuando murió d’Artagnan, alcanzado por una bala durante el asedio de Maastricht en junio de 1673.

Más información: http://bit.ly/2QEG1by

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