viernes 19 abril 2024

Recomendamos también: Así fue la “mejor operación encubierta de la historia”: cómo Rusia ganó a EE UU en las redes

por etcétera

A mediados de junio de 2016, el Partido Demócrata de EE UU confirmó que había sido hackeado por piratas rusos. Los dirigentes demócratas dieron la exclusiva a The Washington Post. En la competencia, The New York Times, el periodista David Sanger se apresuró a contarlo. Pero tenía un problema: a sus jefes no les interesaba mucho el hackeo. “Fue difícil lograr interés por parte de unos editores que dirigían la cobertura de la campaña presidencial más extraña de los tiempos modernos”, cuenta Sanger en su libro El arma perfecta. “Unos cuantos rusos trasteando en el Partido Demócrata no parecía la repetición del Watergate. La historia quedó sepultada en las páginas interiores”, añade.

Los editores de Sanger tenían algo de razón. Los países hackean información de partidos. ¿Por qué ahora iba a ser distinto? Antes de los editores de The New York Times, los empleados del Partido Demócrata e incluso el FBI habían dado poca importancia a las sospechas de pirateo.

Ese, de hecho, es el mérito de una operación encubierta: pasar desapercibida. Dos años después, el mismo The New York Times llama a esa operación “un referente que será examinado durante las próximas décadas”. Según el exdirector de la CIA Michael Hayden, incluso se quedan cortos: “Fue la operación encubierta más exitosa de la historia”.

Según sabemos ahora, la intervención tuvo tres patas: una de ciberseguridad, con el hackeo de correos electrónicos y documentos del Partido Demócrata y su lenta filtración entre julio y octubre de 2016; otra de desinformación, con una compleja y calculada operación en redes sociales. Y la tercera, personal: contactos con miembros de la campaña de Donald Trump que pueden acarrear las peores consecuencias para el futuro del presidente si se demostrara connivencia.

Sus detalles se conocen cada vez mejor. En los últimos días, dos revelaciones han ayudado a entender cómo fue la operación en redes sociales: la primera, Twitter ha publicado una base de datos con nueve millones de tuits emitidos por las 3.814 cuentas vinculadas a la Agencia de Investigación en Internet (IRA en sus siglas en inglés), propiedad de Evgeny Prigozhin, amigo de Vladimir Putin. La segunda, el Departamento de Justicia de EE UU ha acusado a una contable rusade dirigir las finanzas de la operación, bautizada como Proyecto Lakhta. En el informe había información nueva.

Más información: http://bit.ly/2SNkU6h

También te puede interesar