jueves 28 marzo 2024

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por etcétera

De las amistades filosóficas, ninguna tan apasionada como la de Michel de Montaigne (1533-1592) y Étienne de La Boétie (1530-1563). Hoy los dos viejos amigos se reencuentran en las mesas de novedades de las librerías. El conocido ¿Qué sé yo?, perteneciente a los Ensayos del primero, se mira de reojo y no sin complicidad al Discurso de la servidumbre voluntaria del segundo. Se reconocen e, ironías del destino, siguen marchando juntos, pese a los cambios, pese a las transformaciones del yo, del mundo y de la historia. Educarse, ya sea mediante la amistad o mediante la lectura, supone una continua metamorfosis. Y el otro (la persona que frecuentas o el libro que te lee) es espejo y camino hacia uno mismo. La pedagogía interior no es tan interior. El personaje o la máscara con la que transitamos no es sino un momento de esa metamorfosis. Detrás de todas las máscaras, detrás de todos los personajes, se agita un deseo de transformación.

Temprano levantó la muerte el vuelo. La Boétie muere joven, víctima de la peste. Montaigne lo acompaña hasta el último aliento, le dedica su ensayo sobre la amistad y se convierte en celoso promotor de su memoria. La Boétie ha meditado sobre la facilidad con que se olvida el don de la libertad, sobre cómo el esclavo erige al tirano, sobre ese miedo que nos encadena y nos hace serviles. Su originalidad es mostrar que, al contrario de lo que se cree, la servidumbre, aparentemente forzada, es un acto voluntario. De hecho, cualquier poder, incluso cuando se impone por la fuerza de las armas o los votos (o por la manipulación masiva de cuentas falsas de Facebook), no puede dominar y explotar de manera sostenible sin la colaboración activa o resignada de una parte significativa de la población. “Los hombres son como árboles frutales que conservan su naturaleza particular mientras les dejan crecer libres, pero se adulteran y dan frutas extrañas en el momento que se injertan”. Capitalismo y esquizofrenia. Y pone de ejemplo a los venecianos, tan educados en la libertad, “que el más ínfimo de ellos rehusaría ser rey”. El ensayo se lee en copias clandestinas en una época de matanzas entre católicos y protestantes. Escrito hace casi quinientos años, sigue teniendo una extraordinaria vigencia. ¿Qué mueve a tantos a vivir al ritmo que marca una aplicación o un trending topic? La Boétie anticipó la desobediencia civil y la no violencia de Gandhi y casi se podría decir que la biopolítica de Foucault. Los tiranos se parecen todos, no importa que hayan sido elegidos por el pueblo, las armas o la sangre. Hoy día somos testigos de cómo ganan elecciones Trump, Putin, Salvini, Bolsonaro. Y la paradoja, la obra de un católico circulará, pese a Montaigne, como panfleto antimonárquico y dará aliento a los hugonotes. El trasfondo de nuestra cultura es tan mítico como el del salvaje.

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