viernes 29 marzo 2024

Recomendamos también: 4 ideas con las que Leonardo da Vinci se adelantó a su tiempo

por etcétera

“Al igual que en la pintura, puedo hacer todo posible”, escribió Leonardo da Vinci en una carta de postulación laboral.

Y aunque suene pedante, no parecería haber exagerado.

El autor de la pintura más famosa de la historia (“Mona Lisa”) y del dibujo más icónico (“El Hombre de Vitruvio”) se destacó en tantas disciplinas artísticas, científicas y tecnológicas que resulta difícil de dimensionar en el altamente especializado mundo actual.

Su primer biógrafo, Giorgio Vasari, afirmó: “A veces, de forma sobrenatural, una sola persona es maravillosamente dotada por el cielo de belleza, gracia y talento en tanta abundancia que su propia existencia es divina y todo lo que hace proviene de Dios antes que del arte humano”.

En “Leonardo da Vinci”, el historiador y escritor Walter Isaacson intentó ser más específico (y objetivo) que Vasari: “Produjo insuperables dibujos anatómicos basados en múltiples disecciones, inventó sistemas para desviar ríos, explicó la reflexión de la luz de la Tierra a la Luna”.

Pero la frase de Isaacson no termina ahí.

“Abrió el corazón de un cerdo que todavía latía para mostrar cómo funcionan los ventrículos, diseñó instrumentos musicales, coreografió desfiles, usó fósiles para disputar el relato bíblico del diluvio universal y luego dibujó el diluvio”, detalló.

E incluso entonces la enumeración parece quedarse corta.

Por algo el florentino nacido el 15 de abril de 1452 y fallecido hace exactamente 500 años, el 2 de mayo de 1519, es considerado el paradigma del renacentista, hábil en todas las áreas del conocimiento humano.

Sin embargo, no siempre fue así.

Da Vinci fue admirado en vida por sus colegas de las artes, pero duramente criticado por las élites científicas, que no lo consideraban un par.

“Durante un debate público en la corte de Milán, los científicos allí presentes se burlaron de él”, contó a BBC Mundo Michael W. Kwakkelstein, director del Instituto Universitario Holandés de Historia del Arte.

“Estás refutando el conocimiento de Aristóteles”, le increparon unos. “Estás en contra de la teoría de los eruditos medievales”, dijeron otros.

El mensaje era claro: “Eres un artista, ¿qué sabes tú?”.

Según Kwakkelstein, “ese episodio hirió el orgullo de Leonardo”.

Lo que no supieron ver aquellos científicos del siglo XV y XVI (e incluso los de los siglos subsiguientes) es que ese “simple artista” desarrolló “muchas ideas pioneras, cosas que nadie más jamás había registrado por escrito o en dibujos”, aseguró Kwakkelstein.

Más información: https://bbc.in/2DLu6C0

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