martes 16 abril 2024

Recomendamos: El ‘playboy’ Kramer y su palacio de los excesos

por etcétera

Las mansiones 4 y 5 de Isla Estrella de Miami Beach lucen hoy como la depresiva resaca de una orgía del exceso y el mal gusto. Su antiguo dueño, el millonario playboy alemán Thomas Kramer, las perdió. Las casas están en venta y la extraña miríada de objetos que dejó se subastará en un lote único al mejor postor este 14 de febrero. EL PAÍS paseó por este mundo excéntrico en fase de liquidación con el señor Noel, un venezolano que fue jefe del personal de mantenimiento. “Aquí se celebraron muchas fiestas”, dice parco. “Quizás demasiadas”. En un patio del palacete se detiene y señala la enorme figura de un velociraptor que emerge entre la vegetación. “En los buenos tiempos, se prendía una máquina que lo rodeaba de humo”.

En los años noventa y primeros dos mil, Kramer (Fráncfort, 1957) fue el alma de la fiesta en Miami Beach. Corpulento, con su excelente mata de pelo rubio y una permanente sonrisa de Joker pasado de rosca, exprimió hasta la última gota el sueño de la frivolidad. Dan fe su cava de vinos todavía repleta de botellas, sus muebles de rancia inspiración europea, el rinoceronte de bronce que sigue en el jardín, bajo una palmera, con expresión de no haber comprendido nunca cómo llegó allí, o ese horterísima comedor principal, con su techo decorado con el fresco de un cielo por el que pululan angelotes y dioses griegos y, sobre la mesa, dos barras doradas de pole dance para el show de bailarinas con que gratificaba a sus húespedes tras la cena.

La abogada Latasha Hines, encargada de organizar la subasta, se mantiene en discreto silencio durante la visita pero no se ahorra un comentario concreto: “Si todo esto que vemos es una locura o no tal vez pueda considerarse una cuestión subjetiva. Lo que no es subjetivo es que el dinero que se gastó no era su dinero”. La letrada del bufete Koyak Tropin Throckmorton representa a los herederos del fallecido industrial alemán Siegfried Otto. Kramer, casado con una hija de Otto, logró que su suegro le prestase una fortuna para proyectos inmobiliarios en Miami.

El incontenible bon vivant germano –”tauro por partida doble”, se preciaba de decir– se ventiló los millones con alegría y los Otto acabaron llevándolo a los tribunales reclamando su capital. Aunque Kramer sostenía que el viejo Siegfried le había regalado el dinero, un juzgado suizo ha sentenciado que debe a la familia más de 100 millones de dólares.

La venta de las dos mansiones, que forman un conjunto de estilos “marroquíes, italianos y asiáticos” –según un librillo sobre la propiedad que editó Kramer–, será lo que más aporte a la liquidación de la deuda. No tienen precio de partida, pero la docena de propiedades construidas en la mínima y exclusiva Isla Estrella van de los 10 a los 60 millones de dólares. En ellas han vivido famosos como Don Johnson, Gloria Estefan o Shaquille O’Neal, y tiburones de los negocios como el ruso Vladislav Doronin, exnovio de Naomi Campbell.

Más información: http://bit.ly/2nX302R

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