jueves 28 marzo 2024

Recomendamos: El arte de estar informado. Pascual Serrano, periodista

por etcétera

En algo más de una década el mundo de la información ha dado un vuelco de gigante. Si antes nos preocupaba la censura, ahora hemos de lidiar con el exceso. Pero cantidad no es igual a calidad. Pascual Serrano lleva años observando los cambios en los modos de comunicación, analizando su evolución, y participando en desde desde diferentes ámbitos.

Internet ha cambiado nuestra concepción del mundo. Las redes sociales abren infinitas posibilidades de comunicación y las grandes empresas han copado los medios tradicionales. Si antes el problema era la censura hoy tenemos saturación. Pero cantidad no es calidad, información no es igual a pensamiento, igual que red social no es lo mismo que socializar ni se debe confundir lo virtual con lo real. Con este panorama ¿no es normal que andemos un poco despistados? Pascual Serrano es cofundador de la revista digital Rebelión, y miembro del consejo de administración de Mundo Obrero, El Otro País y Pueblos, donde colabora habitualmente. Además, es autor de numerosos libros que tratan de explicar el mundo de los medios y orientar al ciudadano que, en medio de tsunamis de informaciones de todo pelaje, trata de interpretar el mundo en el que vive. Una labor ardua, pero posible.

-¿Cómo es el periodismo hoy en día? Aquel periodismo que hablaba de independencia, rigor, imparcialidad, etc. ¿es posible o hablamos de una profesión del pasado?
-Evidentemente hay muchos periodismos, pero el más poderoso es el de grandes empresas, no empresas de comunicación, grandes emporios económicos que tienen parte de sus inversiones colocadas en medios de comunicación. De modo que ese periodismo no es otra cosa que el departamento de imagen de esas empresas: operan para mantener el modelo económico neoliberal en el que se desenvuelven, protegen la imagen de la empresa, silencian o estigmatizan a cualquier líder o movimiento que busca cambiar el modelo, etc… Eso no ocurría igual hace un siglo porque esas grupos económicos no habían puesto el ojo en los medios de comunicación. Luego están los medios públicos, las iniciativas colectivas o cooperativistas de profesionales, los medios comunitarios. El periodista se deberá reubicar en función de donde vaya a desarrollar su trabajo.

“La ética del periodista no significa nada ni tiene ningún valor en el capitalismo. No hay que censurar nada porque el periodista que dice algo que no gusta está en el paro”

-Solíamos entender el periodismo como un complemento de la democracia, un sistema de vigilancia, un “seguro”, etc. ¿Cómo están las cosas ahora?
-También depende de qué medio estamos hablando. El periodismo -es un decir- de los medios comerciales es una vigilancia, pero para asegurarse que el modelo no cambie. En otros ámbitos, como en un periodismo cooperativo o comunitario, puede mantenerse el principio de vigilancia de los poderes. Lo que sucede es que no se trata de vigilar a los tres poderes de Montesquieu, que es a lo que hacía referencia el término Cuarto Poder con el que se calificó a la prensa. El poder que hay que vigilar y que domina a los tres y al cuarto es el económico.

Más información: http://bit.ly/2FZcXoW

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