viernes 19 abril 2024

Recomendamos: Daniel Ortega recrudece la represión contra los medios opositores nicaragüenses

por etcétera

El asesinato de José Joaquín Chamorro, en enero de 1978, fue el preludio de la caída de la dictadura somocista. Cuarenta años después, el régimen de Daniel Ortega la emprende contra su hijo Carlos Fernando Chamorro, el periodista más reputado de Nicaragua y una de las voces críticas de su despotismo que tiene mayor eco fuera del pequeño país centroamericano.

Además de sufrir el asalto y robo de equipos del ‘Confidencial’, el diario que dirige, la Policía le agredió el sábado cuando acudió con su mujer y otros colegas a denunciar los hechos en una comisaría de Managua. “La policía ha sido convertida en fuerza delincuencial por su jefe supremo, el dictador Ortega”, dijo el también primogénito de Violeta Chamorro, ex presidenta de Nicaragua.

 Fue el último episodio de una cadena de acciones represivas que tuvieron lugar la semana pasada y que demuestran que lejos de ceder y buscar una salida dialogada, Ortega y su mujer y vicepresidenta, Rosario Murillo, han optado por seguir la línea del viejo dictador Anastasio Somoza. Mantenerse en el poder contra viento y marea parece ser su consigna.
“La situación está cada vez más crítica. A Carlos Fernando Chamorro y sus acompañantes los ultrajaron, los golpearon, les gritaron palabras soeces. No se producen ahora las masacres de abril pero crece la agresión contra medios, artistas y personalidades, que están siendo vigilados en sus casas. Ya la gente tiene miedo incluso de salir a la calle”, le dice a EL MUNDO el ex embajador de Nicaragua en Colombia, Edgar Genie.
“Ortega no va a soltar el poder y está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias porque no tiene dónde ir, sólo puede viajar a Cuba o a Venezuela. Sabe que donde vaya lo van a juzgar. Él vive con mucho miedo y una persona con miedo es muy peligrosa. Piensen que si uno lee entre líneas el discurso de López Obrador en su toma de posesión, se da cuenta de que tampoco en México va a contar con un apoyo tan abierto como el de Maduro”.
Para protestar por la represión que no cesa, hoy ha llegado a la frontera entre Nicaragua y Costa Rica la “Caravana por la libertad y la justicia”, promovida por la “Articulación de movimientos sociales y sociedad civil”, compuesta por refugiados nicaragüenses que debieron instalarse en esa última nación.

“La caravana reúne a más de 600 líderes perseguidos que nos encontramos en Costa Rica y (es) para la lucha por nuestro derecho a retornar”, explicó Mónica López Baltodano, una de las integrantes, en un mensaje emitido por Whatsapp. “Sabemos que el régimen hace uso de todos los mecanismos para reprimirnos, masacrarnos y pretender desaparecer la insurrección del pueblo. Con esta caravana queremos decirles que nos mantenemos firmes y organizados para volver y para vencer. Vamos a salir de estos dictadores para abrir un proceso de democratización”.

Más información: http://bit.ly/2UQvla1

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