El presidente de Argentina, Mauricio Macri, encabezó este miércoles los festejos por los 206 años del inicio de la independencia en una solitaria Plaza de Mayo, rodeada de vallas por las fuerzas de seguridad para evitar protestas.
El tono de los actos contrastó con los festejos masivos y populares que se realizaron durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y que colmaban el centro de Buenos Aires de familias que celebraban la Revolución de Mayo.
Desde la noche del martes, los alrededores de la Casa Rosada fueron blindados en su totalidad para impedir el paso de organizaciones que habían anunciado que acamparían para protestar por los resultados de la política económica aplicada por Macri desde que asumió el poder, el pasado 10 de diciembre.
El presidente caminó, acompañado por su gabinete, el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti y representantes del Poder Legisativo, desde la Casa Rosada hasta la Catedral Metropolitana sin público alguno que lo vitoreara o que compartiera la celebración patria.
Macri, reconoció en una entrevista radial que la situación por ahora no es la mejor, sin embargo, consideró que comenzará a resolverse durante el segundo semestre de este año gracias a la llegada de millonarias inversiones. Adelantó que el viernes anunciará un programa financiero que permitirá la repatriación de miles de millones de dólares que serán utilizados para pagar juicios a favor de los jubilados.
(Con información de Notimex)
