Con 334 votos a favor y 47 en contra, el parlamento de Rusia aprobó un proyecto de ley cuyo objetivo es que la nación europea cuente con sistema de internet propio que le permita prevenir posibles boicots, sanciones internacionales o una “guerra cibernética”, es decir, ataques masivos en su contra.
Según los argumentos que se plantean en el borrador de la iniciativa, se busca “garantizar la estabilidad” del funcionamiento de red ante posibles contingencias. Sin embargo, también propone establecer una mayor supervisión del uso de la web a través de distintas medidas como obligar a los proveedores a adquirir equipos costosos que facilitarán al gobierno ruso controlar el tráfico y disminuir el flujo de datos con el extranjero.
Para este propósito, se evalúa la posibilidad de desconectarse brevemente de la Internet global, como parte de una prueba de sus ciberdefensas. Esto ocurriría antes del 1 de abril y serviría para comprobar si se pueden dirigir los datos a puntos de enrutamiento controlados por el gobierno. De esa manera, se filtrará el tráfico para que los datos enviados entre los rusos lleguen a su destino, pero al mismo tiempo se descartarán los enviados a computadoras extranjeras.
Según los congresistas promoventes de este proyecto, así se podrían conjurar amenazas a la seguridad cibernética, principalmente por parte de Estados Unidos, país que ha señalado a Rusia como responsable de hackeo e intervención ilegal en sus sistemas informáticos, especialmente a partir de la elección presidencial de 2016.
De prosperar esta legislación, se incrementarían aún más las restricciones ya existentes en Rusia, donde están bloqueadas plataformas como LinkedIn o Dailymotion, además de una extensa lista de sitios web restringidos, muchos de ellos asociados a personajes u organizaciones opositoras. Asimismo, el órgano regulador ruso, Roskomnadzor, vigila muy estrechamente la aplicación de mensajería Telegram, cuyo servicio interrumpe frecuentemente o bien, bloquea cuentas específicas.
(Con información de ABC)
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