jueves 18 abril 2024

Recomendamos: Ni Facebook ni tus amigos sirven como psicólogos

por etcétera

En España alrededor de 250.000 personas sufren problemas mentales diagnosticados, pero según la OMS hay dos millones y medio con depresión, dos millones con ansiedad y una de cada cinco personas sufrirán algún trastorno a lo largo de su vida. La depresión está detrás del 90% de los 10 suicidios diarios que se producen en este país. Sin embargo, todavía hay un fuerte estigma asociado a consultar a un profesional.

En su lugar, las personas que sufren de problemas mentales que podrían llegar a ser graves recurren a sus amigos y, de forma creciente, a las redes sociales como Facebook o Twitter, apelando a la “sabiduría de las masas”, la idea de que un un millón de tontos pueden llegar a una conclusión más certera que la de un solo experto. El problema es que no funciona.

“En el tema de la salud mental, y en muchos otros, un millón de tontos siguen siendo un millón de tontos”, dice el psicólogo Ramón Nogueras, autor del blog Sesgo de confirmación y uno de los impulsores de las terapias psicológicas basadas en la evidencia. “En Internet no es fácil distinguir la información válida de la que no lo es, más aún cuando en círculos profesionales todavía se discute qué constituye una terapia basada en la evidencia”

Recientemente se supo que el músico Kanye West usaba Twitter como su terapia. West confesó que “La gente termina en la cárcel por las cosas en las que estoy pensando, así que en su lugar las tuiteo. Pueden ser 150 tuits, pero así lo echo fuera y me luego siento mejor”.

Nogueras reconoce la validez de compartir los problemas, sea en persona o en las redes. “No me cabe duda de que el contar tus problemas es terapéutico. Eso lo saben bien los curas que han estado siglos monopolizando el mercado de hablar de tus cosas”.

En psicoterapia, y sobre todo en el psicoanálisis se habla de la “alianza terapéutica”, el vínculo que se establece entre el terapeuta y el paciente, que se solo por hablar siente escuchado y comprendido. Esto es algo que también se puede conseguir con un amigo o recibiendo comentarios positivos en Facebook. Según este principio, todas las terapias serían igual de eficaces.

Sin embargo Nogueras destaca que un profesional es capaz de hacer un análisis funcional de las causas de una conducta conflictiva y descubrir qué las produce y sobre todo, qué las mantiene. Desde ahí, el terapeuta puede trazar un plan de acción y enseñar habilidades para afrontar esas conductas.

“Si una persona es muy tímida y habla de su problema con alguien, el amigo le ayudará a desahogarse, pero seguramente no sabrá diseñar un entrenamiento en habilidades sociales. Puede darle algunos buenos consejos, pero un amigo te dirá una cosa y otro amigo otra, no es consistente”, explica Nogueras. “Por el contrario, si vas a dos terapeutas, con ligeras diferencias, los dos te dirán lo mismo. Si tienes fobia a las arañas, los dos decidirán que necesitas un tratamiento por exposición”.

Más información: http://bit.ly/2In15RZ

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