viernes 29 marzo 2024

Recomendamos: Hablemos de rock: un género históricamente misógino y sexista

por etcétera

En la época donde los defensores del rock y criticones del reggaetón usan esto para denigrar el género, siempre es bueno recordar la historia.

El rock. Ese género que fue la causa de que tantos de nosotrxs, estimadas y estimados jóvenes millennials, naciéramos. Que si las playeras del Dark Side Of The Moon, que si el White Album de los Beatles, los condones usados de Robert Plant, la libretita de Keith Richards donde anotaba sus dosis diarias de drogas legales e ilegales. El rock fue (y digo “fue” porque dejó de serlo), el género que quebró todo. La música que nació para desafiar el establishment político, social y cultural. La contracultura, vaya. Y aunque se le haya olvidado a Aleks Syntek, fue un género tremendamente criticado. Los adeptos a la música clásica lo aborrecían y los jazzistas se burlaban de los rockeros porque no sabían tocar.

 Este fenómeno es parte de la vida misma: cuando ideas nuevas vienen a mover la arena, siempre habrá fariseos que se resistan al cambio. Los seres humanos somos animales que vivimos aterrados permanentemente por el cambio. Nos hace dudar de nosotros mismos. Y a nadie le gusta dudar. Pero a lo que vamos: el rock cambió al mundo, y en el 2018 ya no importa. Rap, reggaetón, pop y electrónica lo desplazaron. Y quizás es lo que necesita para volver a ser una fuerza magnética.

Ahora, un sector de la sociedad, cegada por la luz que emite la música urbana, tiene una cruzada contra sus letras. Básicamente todo lo que Aleks Syntek trata de defender en sus redes sociales. Que el rap es de malandros y habla de pistolas y culos. Que el reggaetón es misógino y habla de carros de lujo y quién tiene más dinero. Y que debería ser moderada su oferta en ciertos espacios. Y en algunas cosas estoy de acuerdo. Pero está cabrón pedirle a un chico de 12 años que creció en uno de los barrios más pobres y desastrosos de algún lugar remoto de EEUU que hable de poesía rusa y no de lo que vive al día. Es lo que hay. También estoy de acuerdo que el reggaetón tiene letras donde se cosifica a la mujer. Pero día tras día todos los exponentes intentan irse hacia otros lugares creativos.

En este contexto de mala publicidad al pop actual, aduciendo alegatos perfectamente válidos para el resto de los géneros musicales, ¿por qué el rock, que tiene letras y temáticas misóginas y sexistas, no recibe el mismo trato que la música urbana? Solo tenemos que escuchar a Robert Johnson, tal vez el culpable de que este género terminara siendo como fue. Por ejemplo, en “Terraplane Blues”, Johnson habla de quitarle la humanidad a una mujer y la hace una especie de máquina para fines sexuales. Y no solo es esta canción. Invito a escuchar y leer toda la obra de este pionero del estándar doce barras. Y acá no puede entrar la excusa de “eran otros tiempos”. En ninguna época está bien el machismo. Las cosas como son.

El blues y rock, al igual que gran parte de la música para bailar del siglo pasado, son géneros históricamente asociados al sexo. Los licks de guitarra, las escalas usadas, las melodías pentatónicas y más, logran el mood. Una de las canciones más famosas de la historia del rock, “Brown Sugar”, es una cúspide del sexismo en los Rolling Stones.

Brown sugar
How come you taste so good?
Just like a black girl should

 

Más información: https://bit.ly/2MzODLo

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